“Empanadas Conchí, las mejores de por aquí”: esta pegajosa frase le dio nombre a un producto que se convirtió en un legado gastronómico que perdura en Santa Marta desde hace más de 60 años y que para esta época sigue más vigente que nunca.
Por: César Barrera Palomino.
Periodista EL INFORMADOR.
Si usted es samario y nunca ha probado estas delicias déjeme decirle que está como grave. De lo contrario, ya sabrá la exquisitez de la que estamos hablando. Dicen por ahí, y no es mentira, que quien se come una, se come dos, tres, cuatro, cinco, seis y hasta más, porque parecen adictivas. Por la carrera 6 con calle 26 en el barrio La Esperanza en Santa Marta se preparan las legendarias empanadas Conchí.
Ya tienen más de seis décadas de tradición en la ciudad y su elaboración viene de una herencia genealógica. Todos los días, la familia Rivas se levanta temprano para ponerle sabor a las mañanas de cientos de samarios que se deleitan con estos legendarios fritos a los que también se les conoce popularmente como ‘empanaditas de aire’.
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¿Quién no recuerda estas empanadas en los partidos del Unión Magdalena en el estadio Eduardo Santos? ¿O en el Centro Histórico, o en el Polideportivo, o afuera de la Registraduría? Para conocer más sobre la receta, EL INFORMADOR visitó la casa donde se hacen las Conchí. Y así nos contaron su historia, precisamente en una de las épocas más movidas, la de la política en plenas elecciones territoriales 2023.
Elsa Dolores Daza Rivas, una de las líderes del negocio familiar, contó a EL INFORMADOR que “esta herencia viene desde la abuela Antonia Hernández”. También narró cómo es su día a día y explicó más detalles.
“Se levanta uno desde las 5:00 de la mañana. Hacemos la preparación de la masa con harina de trigo, agua, sal, aceite y se amasa. El relleno es carne con papa y el condimento que se le echa para darle el sabor. Esto ya es tradicional. Lo dejó la abuelita y lo heredamos de nuestra madre que murió y nos dejó la empresa para que siguiéramos subsistiendo. Aquí tenemos en La Esperanza más de 60 años, pero esto es tradicional desde antes. Ella vivió en el Centro en la 18 y allá se hacían arepitas asadas, quequis”, dijo.
Daza Rivas explicó que “el nombre (Conchí) es por un vendedor que hubo aquí sobrino de mi mamá que llegó y dijo que esas empanadas se iban a llamar las Conchí, las mejores de por aquí, y entonces quedó así la tradición que le dicen así. Estas son las únicas, las propias, las demás son las demás”, añadió.
La temporada electoral era una de las que dejaba más trajín y ajetreo, sin embargo, en los últimos tiempos las ventas para estos días han disminuido en comparación a cuando los políticos les pedían cientos de empanadas Conchí para las sedes o comandos. “Antes se hacía bastante para elecciones. Ahora los políticos se han retractado porque la gente habla de que venden el voto por una empanada o hallaca o les pagan y se ha restringido un poco la venta”, aseguró Daza.
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Las empanadas Conchí no tienen descanso. Salen a la venta de lunes a lunes, pero su auge se da más de viernes a domingo. El ciento cuesta 100 mil pesos. Por unidad las venden a $1.500. “Hacemos también arepas de huevo, carimañolas, papas rellenas. A quienes quieran comprar pueden comunicarse al 3003222062”, afirmó doña Elsa Daza.
Por su parte Ever Ferrín, quien trabaja con su esposa y es el encargado de fritar las empanadas, contó que ya tiene varios años en esa labor, y relató: “Esta empanadita la esperan. Tienen mucha tradición, gustan bastante. Lo que lleva por dentro es poquito, pero si se le echa demasiado pierden la gracia. La persona que se come una, se tiene que comer cuatro o cinco, y tengo amigos que se llevan hasta diez”, dijo.
Ferrín añadió que para que queden en su punto, deben tener una medida especial porque la harina de trigo se frita rápido y se puede quemar. “Hay que estar moviéndolas. Ellas se van inflando”, concluyó.
Roberto Luna es uno de los vendedores más reconocidos de empanadas Conchí. Lleva más de 20 años con un puesto estacionario afuera de la Registraduría en la avenida del Libertador y se ha dedicado por más de 40 años a ese oficio. Abre a las 7:30 de la mañana y se va a las 11:00 am. Allí comercializa papas rellenas, caribañolas, arepas de huevo, buñuelos de frijol, entre otros fritos, pero afirma que “las Conchí son las mundiales, las conocidas, las del pueblo, las que más piden”.
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