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La mentira de tu voz

Columnas de Opinión
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Después de la tempestad viene la calma. Una calma cargada de intenciones para analizar y reconocer o justificar concreciones o realidades.
Casi 50% de quienes participaron en las elecciones durante la segunda vuelta para elegir presidente de Colombia, está intencionado a justificar el resultado, inclusive a controvertir planteamientos del elegido que expresan ideas para tener en cuenta en el nuevo plan de gobierno.
Esta intencionalidad de los críticos toma fuerza, en vista de la cantidad de declaraciones del elegido, aclarando y complementando ideas confundidas en medio del debate electoral.
Pero estas aclaraciones, más confusas que claras, han permitido desunir el vínculo ideológico entre ellas, lo cual caen dentro de una acepción de mentiras.
Para quienes filosofan, entiéndase que una mentira es una declaración de alguien que cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, ocultando siempre la realidad en forma parcial o total. Mentir implica un engaño intencionado y consciente.
Pero no nos engañemos. Que las mentiras desaparezcan completamente del ámbito de la política, de la justicia, de la diplomacia, del periodismo y de otros muchos ámbitos de la vida social en Colombia es algo virtualmente imposible.
Hay teorías para reconocer cuándo una persona está diciendo mentiras. El que miente evita cualquier referencia a su persona en sus mentiras, así como la utilización de palabras como "yo" o "mí". Evitan mencionar el nombre de la persona sobre la que mienten. Ofrecen una "representación" impecable. La voz del que miente sube de volumen o en sentido contrario, cuando el mentiroso reflexiona sobre su mentira para estar seguro que la dice a la perfección, empieza a hablar más lentamente, a bajar el volumen y a disminuir la velocidad.
Frases como las siguientes del elegido, contienen lo que he expresado anteriormente: ¨Como ustedes saben, adelantamos desde fines del 2012 un proceso serio y discreto de negociaciones con la guerrilla de las Farc que ha alcanzado acuerdos concretos sobre temas como desarrollo rural, participación política y, algo que nadie antes hubiera soñado, la solución al problema de las drogas ilícitas¨.
¨En estas elecciones el país se polarizó, se dividió, ganamos los que estábamos proponiendo por una paz, pero yo creo que los que no votaron a favor de esta propuesta no es que estuvieran en contra de la paz, yo creo que están a favor de la paz¨.
¨Él decía que quería una paz justa, eso es lo que nosotros queremos, que quería una paz sin impunidad eso es lo que nosotros queremos y estamos buscando, los derechos de las víctimas es lo que garantiza una paz sin impunidad.
Y también queremos una paz posible¨.
Como puede observarse hay suficientes ideas que caen dentro de la acepción de una mentira. No se trata de denominar al elegido como mentiroso, porque hay personas que se sienten cómodas con la mentira y otros se creen sus propias mentiras y, como consecuencia de ello, no muestran ninguna señal de que estén mintiendo.
En consecuencia cuando un personaje público congrega tanta aversión de quienes no creen o creen a medias lo que él dice, se corre el riesgo de ser calificado como mentiroso.



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