Este miercoles 22 de mayo, en La Audiencia General llevada a cabo en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Fransisco se refirió al valor de la humildad como uno de los frutos más importantes del Espiritu Santo.
Para el Papa, la humildad representa una virtud que debe estar en la raíz de la vida cristiana, ya que es aquella que “nos salva del maligno”.
“Mientras el orgullo y la soberbia hinchan el corazón humano, haciéndonos parecer más de lo que somos, la humildad devuelve todo a su justa dimensión: somos criaturas maravillosas pero limitadas, con virtudes y defectos”.
Contempla la humildd como la base fundamental de las demá virtudes, tales como la mansedumbre, la misericordia, la pureza de corazón, las cuales asegura el Santo Padre, proceden de un corazón de niño que surgen de ese sentimiento interior de pequeñez, lo que haría posible mantenerse sano del vicio de la arrogancia.
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Como referencia conductual a esta virtud, resalta la persona de María, a la cual describe como una heroina escogida entre los desconocidos.
“Ni siquiera la verdad más sagrada de su vida se convierte en motivo de jactancia. Podemos imaginar que ella también conoció momentos difíciles, días en los que su fe avanzaba en la oscuridad. Pero esto nunca hizo vacilar su humildad, que en María fue una virtud granítica”, subrayó.
En la finalización de este discurso por los valores, también hizo la invitación a todos todos los feligreses que le escuchaban atentantemente, donde pidió rezar por las guerras y violaciones que acontencen en diferemtes parte del mundo, especialmente Ucrania quién como Palestina e Israel se encuentra en tiempo de martirio.
