A Tita: Aunque su partida nos sume en la tristeza, su luz sigue brillando en cada uno de nosotros.
Nos inculcaste generosidad y el amor al prójimo. Así como a tener confianza que todo va a estar bien con un “reza un Ave María”.
Carlos Alfredo Méndez Vives.
A Tita: Ha partido nuestra querida Tita, quien para nosotros era mucho más que una abuela: Era la piedra angular de nuestra familia. Si algo nos enseñaste en esta vida es a ser fuertes, a mantenernos unidos. Tu vida fue liderazgo, entrega, generosidad, sabiduría y resiliencia
María Camila Vives Villaquirán.
Frágil en apariencias, en realidad era muy fuerte. Soportó con estoicismo lo que pocas mujeres pueden soportar.
Así dice cada uno de sus descendientes: “Ella daba ejemplo de fortaleza ante las adversidades pero estamos seguros que a solas, vivía su dolor.”, de esta manera a todos nos templó para la vida.
Rosa María la hija, Rosita, la amiga, Tita la abuelita; cada una en un rol diferente, preservando las enseñanzas de sus padres la señora Rosa Dangond de Lacouture y don Carlos Aurelio Lacouture Daza, -‘Papa Carlos’ y ‘Mamá Rosa’- El 23 de diciembre de 1954 Rosa María se convirtió en Rosita cuando se casó con un ser extraordinario:
José Benito Vives Campo, -Pepe- para sus amigos, la convirtió en la Reina del Hogar y ella asumió ese nuevo rol.
Pepe y sus 10 hijos pintaban la casa, arreglaban jardines, cocinaban, limpiaban y aprendieron a ser auto suficientes también austeros. El Niño Dios, jamás trajo bicicletas a montón, una bici era suficiente.
Y cuando la Reina del Hogar se quedó sin rey, a todos sorprendió.
Tita, la abuela, parecía que todo lo sabía y el ejemplo era ella. Tranquilidad y armonía era su norma; es que liderar una familia de casi un centenar, no es fácil. Gracias Tita.
A Tita su fe inquebrantable, amor y devoción a la santísima virgen la mantenían fortalecida.Todos absolutamente todos los nietos y bisnietos asistieron a la última cita con Tita. No faltó ninguno.
Con devoción, tristeza y entusiasmo vinieron desde diferentes lugares del mundo y, a pesar de la diferencia de edades, todos eran importantes para la abuelita, para Tita.
“La Casa de los Abuelos es la casa de todos los primos y tíos, un lugar en donde crecimos, en donde aprendimos con su ejemplo. Una de sus enseñanzas: ‘A pesar de ser tantos, se puede compartir’
“Para nosotros era lugar de encuentro donde preferíamos pasar las vacaciones con Tita, que no eran del todo vacaciones pues algo nos ponía hacer.
“A pesar que no había cama para tantos primos, en el cuarto de Tita dormían las primas, en tanto que los primos nos acomodábamos donde pudiéramos. Y cuando decía ¿quien me acompaña?
Todos la acompañábamos ¡Como no hacerlo! Ella poco pedía y daba tanto...