La reducción en la captura de especies comerciales, la migración de individuos acuáticos y la disminución del 80% en la faena preocupan a comunidades costeras, planteando la necesidad urgente de medidas para la conservación y sostenibilidad.
La escasez de peces en los cuerpos de agua, atribuida al prolongado fenómeno de ‘El Niño’, se ha convertido en una sombra amenazante sobre el gremio de pescadores artesanales, desencadenando inquietud y preocupación en comunidades costeras que dependen de esta actividad para su sustento.
El impacto de esta crisis pesquera se ve exacerbado por el cambio climático, que trae consigo temperaturas elevadas no solo en el Caribe colombiano sino también en diversas ciudades costeras. Este escenario no solo plantea la amenaza de extinción para algunas especies sino que también fuerza la migración de numerosos individuos acuáticos, impulsados por la disminución de caudales en los ríos.
Al evaluar la situación actual, el gremio de pescadores reporta una disminución alarmante del 80% en su faena. Esta cifra impactante no solo afecta a especies como sábalos, jureles y róbalos, sino que también alcanza a otras variedades como la Sierra, Robalo y Cojinúa. La magnitud de esta crisis ha llevado a los pescadores a contemplar la posibilidad de abandonar sus embarcaciones en busca de alternativas laborales más viables.
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Yhon Padilla, pescador del municipio de Dibulla, comparte su pesar al afirmar: “En diciembre nos fuimos en blanco, ya que la faena disminuyó en un 80%. Los pescadores estamos pensando en vender las embarcaciones”. Estas palabras reflejan la difícil encrucijada que enfrentan los pescadores artesanales, quienes buscan desesperadamente soluciones para subsistir en medio de la escasez y los desafíos ambientales.
Esta crisis no solo impacta el sustento de los pescadores y sus comunidades, sino que también plantea una amenaza directa a la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos. La necesidad urgente de adoptar medidas para la conservación y protección de estos entornos se hace evidente, así como la importancia de abordar integralmente los efectos del cambio climático en las actividades económicas.
La sostenibilidad a largo plazo de la pesca artesanal y la preservación de las comunidades costeras dependen de acciones coordinadas que involucren a autoridades gubernamentales, organizaciones ambientales y la comunidad en general. Es imperativo implementar estrategias efectivas que mitiguen los impactos de la escasez de peces y fomenten prácticas pesqueras sostenibles, asegurando así un equilibrio entre la subsistencia de las comunidades y la preservación de los recursos naturales.
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