Empleo_SantaMarta

A punto de cortarnos el pie

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Proponer cortar el pie para solucionar un uñero es a todas luces una propuesta descabellada, y algo así es lo que ha propuesto el gobierno con respecto al tema pensional.  Increíblemente, esta locura ha recibido el espaldarazo de un nutrido grupo de senadores.  Pocas veces se ha visto tanta irresponsabilidad en un tema de alta sensibilidad social.  Invito a todas las partes involucradas a asumir este tema con la mayor responsabilidad.

Lo primero es reconocer que el sistema es inviable como está estructurado.  El sistema público de pensiones se volvió inviable por las tendencias demográficas, y en un intento de subsanar el problema se implementó un sistema de ahorro o pensión privada.  Esto sucedió en muchos países del mundo, pero en Colombia a diferencia de otros países, el privado no es complementario del público sino es el uno o el otro.  Esto generó que muchas personas por falta de formación financiera no entendieran el funcionamiento y las consecuencias de optar por un sistema de pensión privado.  Hoy hay personas que en el sistema privado se pensionan con salario mínimo a pesar de que casi toda su vida laboral devengaron salarios muy superiores al mínimo.  Este es el pecado original del sistema actual.

Ante esto, hay consenso general alrededor de la necesidad de modificar el sistema para corregir problemas de diseño y hacerlo viable.  La seriedad y gravedad del tema exige que sean los expertos quienes acoten la discusión política.  Son los expertos los que deben delimitar con total claridad lo posible.  Esto es lo que no ha sucedido y por consiguiente se ha convertido en un pulso político-ideológico.  Hay que decir inequívocamente que la propuesta de Petro es irresponsable, y además inviable, técnicamente hablando. 

Pienso que lo que realmente sucede es que Petro no tiene en mente un sistema pensional propiamente hablando sino una especie de subsidio universal al cual todos los colombianos tendrían derecho sin importar si cotizaron o no y si cumplieron o no con los otros requerimientos de ley.  Las distintas ocasiones que se ha referido al tema ésto es lo que transpira.  Por ejemplo, cree que los aportes pensionales son del gobierno y aboga por darle “pensión” a quien no se la ganó bajo el régimen actual.  Habría contribuyentes y subsidiados; es decir, se toma el dinero de los que si aportaron y se distribuye también entre los que non aportaron o aportaron poco; mezcla pensiones y subsidios.  Petro no está preocupado por la sostenibilidad y viabilidad del sistema porque sabe que en el nuevo mundo que él propone, el faltante tendría que ponerlo el gobierno.  ¿Cómo? Deuda pública, más impuestos o cosas por el estilo.  A Petro en su vida como ejecutor, nunca le ha preocupado quebrar empresas o sistemas.  Su afán es un efecto mediático que se traduzca en efecto político que fortalezca a la izquierda.  Bien sabe, que a él le tocan los gloriosos y gozosos y a quien le sigue los dolorosos.  Así sucedió en Bogotá, donde el no subir el pasaje de Transmilenio y extender la vida útil de los articulados, conllevó a la casi quiebra del sistema, la cual le tocó lidiar a Peñalosa.  Sin embargo, la aparente óptica de justicia social y beneficio a los pobres le generó aplausos y réditos políticos.  Esto es exactamente lo que sucedería de aprobarse su propuesta de reforma pensional, solo que el impacto socio-económico sería enorme y colocaría las finanzas de la nación contra las cuerdas tarde o temprano. 

En el caso de las pensiones, el aparente elemento de justicia social, y la mermelada por supuesto, es lo que ha llevado a que muchos congresistas apoyen la cortada del pie.  Estamos a punto de hacer un daño irreparable con consecuencias catastróficas para el país.



Más Noticias de esta sección