Niños con pólvora: cero tolerancias

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Escrito por:

Juan Galán Pachón

Juan Galán Pachón

Columna: Opinión

e-mail: prensa@juanmanuelgalan.com



Las cifras presentadas como balance de las fiestas de navidad y año nuevo, nos muestran que muchos menos hogares colombianos enlutaron su familia con trágicos desenlaces.

Importante reporte de la Policía Nacional, muestra una reducción del 62% de los homicidios, comparados con el porcentaje arrojado en el año 2012. Los heridos disminuyeron sustancialmente, pues hace un año nos enfrentábamos a 159 heridos en las fiestas y en esta ocasión se registraron 40.

Así mismo, vemos como la seguridad vial merece anotación aparte; pues luego de la entrada en vigencia de ley que castiga a los ebrios al volante, ya se notan los resultados. Tan solo en Bogotá, se tiene una sorprendente reducción de 84% en los casos de víctimas por accidentes de tránsito.

A nivel nacional, se observa como disminuye en esta temporada en un 68% la accidentalidad vial a pesar del movimiento que han mantenido nuestras vías por el alto desplazamiento de muchos, a diversas regiones del país.

Todos comprendemos que el compromiso es general, que si bien las autoridades trabajan continua y esmeradamente, es deber nuestro, no retar los límites que nos impone el riesgo, apoyar las disposiciones que registran un impacto positivo en la vida humana, respaldar y dar ejemplo.

Dolorosamente, esto no puede decirse de la pólvora y sus víctimas. Una vez más y pese a la regulación y restricción en su uso, continúa siendo el motivo primordial por el cual se llenan las urgencias hospitalarias. Sin escatimar tamaño, logra comprometer a grandes y en especial a niños, quienes se ven vinculados a penosos episodios de quemaduras en todos sus grados.

No es justo que en el 2013 nos reporten 660 quemados con pólvora, demostrándose así un ligero e inaceptable aumento en sus cifras, pues en el 2012 se presentaron 565 lesionados.

Nuestro próximo objetivo debe convertirse en un desafío: una navidad y un fin de año 2014 en paz, armonía y sin tragedias familiares a causa de muertes sin razón. Que los hogares vuelvan a celebrar tranquilos, que las carreteras sean transitadas sin riesgos, que los niños no celebren quemados y que la vida humana se preserve en paz, como manifestación de alegría.