Se vuelve a las aulas con propósitos claros, definidos y con el ánimo de seguir escalando en la escuela, colegio y universidad.
Debemos corresponder a nuestros ascendientes, demostrándoles que queremos y tenemos prendida la llama de la ilusión, que formará nuevas mujeres y hombres capaces de cambiar esta sociedad. Los vacíos que hoy vemos, se llenarán con las mejores intenciones de hacer las cosas mejor; permanezcamos en cualquier oficio o profesión.
Antes del regreso a clases docentes y alumnos deben tener en la mira su misión, que no será otra que mejorar el año o semestre anterior; no se adelanta con los mismos errores, estos nos sirven para levantar los dedos, no tropezarnos y enderezar los pasos. Es la oportunidad para que los educadores realicen esos proyectos engavetados, forjadores de mejores propósitos. A los alumnos a estudiar con más empeño, a no tragar entero, a investigar y salir de muchas dudas de una vez.
El Gobierno Nacional ha advertido que las instituciones estudiantiles no deben especular en la exigencia de sofisticados textos y útiles que muchas veces resultan inútiles, pues no es otra cosa que la comercialización por parte de editoras y librerías.
La semana de ingreso servirá para que esos docentes estrategas observen, adopten y articulen al curso que le han asignado a que obtenga un desarrollo ideal: profesor-alumno y programa curricular. El profesor no debe ser ese ogro ni tampoco condescendiente en exceso, respetuoso con las alumnas y alumnos, debe mantener la autoridad sin demasía, para que con ética y autoridad moral pueda tomar las riendas del proceso educativo anual o semestral.
No al docente dictador, éste debe haber reflexionado de errores cometidos para no repetirlos; si al docente que investiga, que transmite y se preocupa por hacerlo cada día mejor. El alumno debe cada día por aceptar las enseñanzas de sus docentes, a investigar, a profundizar mas sobre los temas expuestos en su institución educativa.
Leer no está mal, si empezamos motivándonos y haciéndolo con un agradable libro de fácil acceso y continuar con esa cultura, para que doblemos al menos el número de libros leídos el año anterior. Leer transforma y estimula a sostener una conversación con fundamentos, documenta y nos mantiene acostumbrados a seguir leyendo revistas, textos, libros, periódicos y escritos de importancia.
Que no nos de flojera leer un libro este año y no es para mantenerlo debajo del brazo y para tener en cuenta hago relación de alguien que conozco que dice: yo cojo un libro y es para devorarlo, queriendo decir leerlo; seamos consuetudinarios en la práctica de la lectura.
Concluyendo a engranar programa curricular, docente y alumno y a estudiar se dijo.