Coincidencia afortunada. El 7 de agosto de 1.958 fue una fecha revestida de doble significación: en lo nacional la conmemoración del 139 aniversario de la Batalla de Boyacá, epopeya victoriosa del ejército patriota que catapultó el anhelo libertario de los pueblos de la Gran Colombia. Y en el espacio territorial de Santa Marta, del Magdalena y de la Costa Caribe, irrumpió con vocación de éxito y permanencia el periódico EL INFORMADOR, impreso en la casa editorial de propiedad de Don José B. Vives De Andreis.
Al concebir la idea de poner al servicio de la opinión ciudadana el nuevo rotativo, su fundador, caballero dotado de vocación cívica, visión futurista y enjundia empresarial, estuvo iluminado por el propósito cardinal de que su periódico se constituyera en baluarte inexpugnable de expresión de la verdad, en centinela insomne de los seculares principios que soportan y vivifican el sistema democrático: la Libertad y el Orden; y en empresa propositiva promotora y auspiciadora de iniciativas, planes y proyectos propiciadores de prosperidad y desarrollo de la ciudad materna, del departamento y de la región.
Resguardar la verdad, para satisfacer la exigencia de objetividad que debe caracterizar al periodismo honesto y responsable. Tutelar la verdad, como valor intrínsecamente superior que es, y como anhelo ínsito en el ser humano de poseerla. El culto a la verdad, que el código ético le fija como regla de conducta obligatoria al que ejerce la noble profesión de periodista. La verdad que, inquebrantablemente respetada, garantiza la fidelidad de la noticia y le da credibilidad al que la difunde. La verdad que enaltece al comunicador social que la venera.
La libertad, prerrogativa insigne que le permite al ser humano actuar en sociedad conforme a la autonomía de su voluntad, sin constreñimiento ni ataduras inhibitorias arbitrarias; facultad de poner en actividad los derechos que las leyes natural y positiva le dispensan a la criatura racional, y que esta puede utilizar conforme a la moral y las buenas costumbres.
El orden, elemento esencial para el recto funcionamiento del consorcio ciudadano. Fundamentado en la institucionalidad que a la vez se apoya en un pilar inconmovible: la legalidad. El respeto por la ley, la aplicación del ordenamiento jurídico. La ley que, siendo ordenación de la razón promulgada para el bien común, por el que está investido de autoridad para expedirla, augura armonía y pacífica convivencia ciudadana. La ley que es mantenedora del orden y garantía de libertad. Aún perdura la sentencia lapidaria del filósofo y orador romano, Marco Tulio Cicerón: “Si quieres ser libre, sed esclavo de la ley”.
Esos insignes postulados fueron el sustrato ideológico bajo cuyo auspicio surgió EL INFORMADOR, que, este 7 de agosto, cumple su aniversario 65. Desde la fecha de inicio hasta el día presente el periódico ha permanecido como medio de información de Santa Marta, el Departamento del Magdalena y el conglomerado regional.
Haciendo reminiscencia breve de la ubicación locativa del rotativo se recuerda que este empezó a funcionar en inmueble situado en la calle de Burechito o 21 entre Avenida Campo Serrano (carrera 5ª) y carrera 6ª, acera Sur. Allí permaneció hasta su traslado a la sede actual, que fue residencia familiar del fundador.
Don José B. Vives De Andreis, ocupó posición destacada social, política y económicamente. En el sector privado creó, organizó y gerenció importantes empresas agropecuarias y financieras. En la actividad oficial se desempeñó como alcalde de Santa Marta, gobernador del Departamento del Magdalena y desempeñó estrado en el Congreso de la República.
En la dirección de EL INFORMADOR han estado: su fundador, los doctores Antonio Cardona Jaramillo, Edgardo Vives Campo y Alfonso Vives Campo.
Felicitaciones: a los dueños y competentes servidores de EL INFORMADOR en su nuevo cumpleaños.