Con terquedad aragonesa y harta dosis de resiliencia -locución esta cacofónica, pero en boga en el léxico contemporáneo- reincidimos por vez tercera en la formulación de la pregunta con la que titulamos la presente columna.
Se trata, conspicuo lector, de la inmensamente anhelada y hasta la saciedad prometida carpeta asfáltica y obras anexas complementarias de la vía carreteable que actualmente comunica la cabecera municipal de Ciénaga con el corregimiento de Palermo, municipio de Sitionuevo, y el magnífico puente atirantado sobre el río Magdalena, estructura de hormigón que conecta el Departamento de este mismo nombre con su par del Atlántico en la ciudad de Barranquilla.
El 22 de enero del año de 2021 dedicamos un comentario a la necesidad de la construcción del segmento vial mencionado. Dijimos lo que piensa y siente la gente en relación con el mentado segmento vial: que es indispensable su construcción porque la carpeta en uso, a pesar de hallarse bien mantenida, es manifiestamente insuficiente y peligrosa dados el abundante tráfico que soporta, sus especificaciones reducidas para un tránsito vehicular tan copioso, en doble dirección, la velocidad sin eficaz control y la frecuentísima violación de las reglas del Código de Tránsito y Transporte por parte de conductores incursos en imprudencias garrafales y suicidas que convierten a sus autores en homicidas frustrados. Irrita la insolente desfachatez con que asesinos al volante -no merecen calificativo diferente- premunidos de la superior capacidad destructora de los vehículos que conducen invaden frontalmente el carril contrario. Sin que autoridad alguna evite o reprima las absurdas contravenciones.
En calendas iniciales del año 2022 volvimos a plantear, en la misma columna, con idénticas palabras, igual interrogante: ¿Y la doble calzada? Reiteramos las razones aducidas en el primer comentario para recabar la urgente necesidad de acometer la construcción del sector vial que falta para complementar el trayecto existente. En el lapso temporal transcurrido entre el primero y segundo comentario, el ímpetu de las olas marinas que irrumpieron en el kilómetro 19 de la actual carretera que se vio amenazada seriamente de ser partida, produjo, obviamente, alarma regional y nacional. Fue así como en el mes de junio de 2022, el gobierno central adjudicó la licitación para la construcción de tres viaductos que resolverán el problema de la erosión costera que afecta más directamente los kilómetros 19, 28 y 59 de la vía Ciénaga Palermo.
El acto formal de la suscripción del contrato de licitación para la construcción de los tres viaductos estuvo revestido de alguna solemnidad. En dicha celebración participó con notorio protagonismo el senador Antonio Luis Zabaraín Guevara, quien, en actitud plausible comentó la trascendencia de la licitación adjudicada, la importancia de resolver la problemática de la afectación a la vía causada por la erosión costera y destacó, a manera de anuncio de transcendencia regional y nacional, que, la concreción de los tres viaductos era apenas el inicio de lo que sería la construcción de la doble calzada Ciénaga-Palermo-Puente Laureano Gómez, nombre conforme a la denominación legal-.
Ahora, por tercera vez, pregunto: ¿Y la doble calzada? ¿Su construcción si está en la mente y en el deseo de quienes tienen el poder decisorio para su ejecución? La calzada por construir, que iría paralela a la que ya existe, sería una vía seccional, pues íntegramente recorrería territorio del departamento del Magdalena, y le corresponde a este hacer la construcción. No obstante, eso, la Nación manifiesta estar dispuesta a financiar el 70% del costo de la obra, si el departamento asume el 30% restante. Porcentaje este que retornaría al fisco departamental a través de su participación en el cobro de peaje. ¿Es ese el nudo gordiano? A desatarlo. La vía se necesita. Se impone actuar ya, con grandeza.