¿Será que reflexionamos?

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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



En nuestras mentes, siempre estará latente ésta inquietud; pero, ¿Será que se tiene en cuenta? Pasan situaciones cotidianas, complejas, que nos pondrán a pensar al respecto; es cierto nos preocupa, de ahí no pasamos o avanzamos. Situaciones que se consideran triviales, sin importancia; el caso es que día a día se acentúan y lo más grave, no se solucionan a tiempo. ¿Postergamos la reflexión?

La reflexión es la fuente del conocimiento, en nuestro medio para aprender; sirve para ayudarnos en la incertidumbre que actualmente pulula y se acumula, despejando dudas y encontrar soluciones a problemas, creciendo como personas. El que teme padecer, ya padece o ¿Qué teme? La reflexión nos acerca a lo máximo que podemos ver y seremos como personas.

Las preguntas que surgen aquí son ¿Cuándo y por qué reflexionar? Consideramos que esta situación nos inquieta cuando verdaderamente nos examinamos, nuestros propios sentires y pensares; cuando ejercitamos la crítica, no solo sobre lo ajeno, muchas veces pensamos que no nos incumbe; también sobre lo propio, un hábito no habitual por nuestros lares. Lo ideal es reflexionar antes de actuar; dicen por ahí que la reflexión es amiga de la prudencia y de la verdad. La reflexión o meditación, es el proceso que permite deducir y pensar detenidamente en algo con la finalidad de sacar conclusiones.

Si reflexionamos, estamos más vivos, conscientes de lo que haremos, lo que nos permitirá a no ser ni muy ilusos ni muy osados. No necesitaremos acudir a profesionales o especialistas para que nos digan que estamos haciendo mal o bien y que tenemos que hacer; la reflexión nos da esa oportunidad de ser sinceros con nosotros mismos. No es por ir en contra de esos profesionales, por cierto, los podemos necesitar; lo que sucede es que a ellos no se le dice la verdad de lo que sucede y claro resultará un diagnóstico que no corresponde a ese consultante.

¿Si no reflexionamos dónde llegaremos? Nos veremos avocados a un mundo dudoso, de incertidumbre. La respuesta de inmediato nos ubica en el espectro del estancamiento, del cual no nos permite salir de él por múltiples factores. Estas anómalas situaciones, posiciones por cierto enfrascadas a la luz del análisis, hacen que sirvan de caldo de cultivo, tropiezo para lo personal y otros y no se tomen decisiones. Existe en el momento un apetito mezquino, individualista que desdibuja y permite enraizar conductas que atrasan un correcto comportamiento en la sociedad sin importar para nada gestionar desarrollo integral y prosperidad para todos.

Son razones por la cual el país muestra a las claras un panorama paupérrimo, frío y desalentador; donde el inconformismo y la falta de oportunidades en materia laboral y fallas en el crecimiento económico y personal se constituyen en el común denominador.

Reflexionando y motivados sinceramente, claro que creceremos; si cambiamos unos, por supuesto cambiará nuestra familia, la sociedad colombiana. No serán necesarios golpes de pecho, ayunos innecesarios, promesas, viacrucis con azotes en la espalda que se propinan los protagonistas. Preguntamos finalmente: ¿Será que reflexionaremos? Consideramos que vale la pena. A intentarlo.


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