El pasado 20 de julio, cuando el país debería festejar 211 años de independencia, inconformes ciudadanos mostraron la bandera nacional de manera informal demostrando, con intención consiente su disgusto con el gobierno del presidente Duque.
En mis 14 lustros de vida jamás había conocido un suceso tan reprochable como mostrar la bandera de manera al revés, estos reproches no son más que una bofetada en pleno rostro, no al símbolo patrio sino a la dignidad de la nación, y quienes hayan incurrido en inmoral acción desconocen qué significa para un país el símbolo patrio.
La bandera es un ícono que representa la presencia de un país dentro del resto del mundo. En los grandes recintos con gradería para espectadores, destinados a competencia deportivas, cada ciudadano muestra con supremo orgullo la bandera en representación de su país, cada hazaña de sus competidoras es la bandera que muestran ondeándolas como muestra de apoyo a sus compatriota e lo instan para que
La bandera es un ícono que representa la presencia de un país dentro del resto del mundo. En los grandes recintos con gradería para espectadores, destinados a competencia deportivas, cada ciudadano muestra con supremo orgullo la bandera en representación de su país, en cada hazaña de sus competidores, muestran la bandera ondeándolas con las manos en altos, demostrando a quienes los representan que la patria está presente.
Usar la bandera al revés es faltar al decoro de la nación, es desacreditar el honor patrio. Una bandera materialmente considerada es sólo un pedazo de tela suspendida de una asta y, sin embargo, en ese símbolo ha cifrado la humanidad su más hondo sentido. La bandera es la patria. Ella pregona su grandeza y su decadencia, sus desfallecimientos y sus esperanzas. Morir por ella es conquistar la gloria, y hacerle traición degradarse. Por significar tanto como emblema de la patria se le concede el honor al primer magistrado de llevarla sobre su pecho como un escudo protector que lo ponga en cubierto de todos los dardos de la ira, de la incomprensión y de la envidia. Y cuando la misma justicia, en hora desgraciada, llega hasta el corazón de la víctima, lo hace cuando ya la ley despojó al infortunado del tricolor de la república. Pueblos intensamente cultos han consagrado en sus leyes la misma protección para dignidad de los emblemas nacionales.
Los protocolos internacionales registran que la bandera al revés es declararse rendida ante fuerzas extranjeras. Tenerla a media asta, es señal de que el país se encuentra en estado luctuoso, izarla en su totalidad es afirmar que en ese sitio existe un pedazo de Colombia, de esa manera se identifican muestras diplomacia en el exterior.
El 11 de diciembre de 1878, el político francés León Michel Gambeta en un mal discurso pronunció unas palabras al parecer inocuas si se compara con la ofensa de exteriorizar el inconformismo mostrando la bandera al revés. Las palabras de Gambetta fue el simple grito proferido en un espectáculo público “Abajo Louber, que dimita” Gambetta, fue juzgado con dura sanción. En Colombia pasa sin sanción la ignominia de mostrar la bandera al revés.
