Cuando el mundo se enteró de la presencia de este virus “Chino” lo tomaron como un problema segundario y restaron importancia a la monstruosidad del peligro que se asomaba, aun el mundo no estaba preparado para soportar lo lesivo podría ser para la humanidad este diminuto e invisible enemigo que se ha acrecentado de manera inhumana, hasta no pasar por desapercibido.
La desobediencia social, la desconfianza de la humanidad, la ignorancia de la distancia social trajo como consecuencia el crecimiento acelerado de la pandemia, esta desquiciada y anormal conducta, el problema ha causado a la humanidad persistentes e intolerables perjuicios a grandes sectores de la población mundial. El comercio, la inversión, la productividad, el turismo, las cadenas de suministros y los vínculos de supermercados corren el gran peligro de la disminución de la actividad económica global, como realmente ya comienza a exhibirse.
La expansión del coronavirus está generando una oleada de pánico financiero que ha provocado el desplome de las bolsas mundiales y amenaza con contagiarse a la economía en su contorno. Los grandes analistas y economistas apuntan con preocupación que las consecuencias del virus, podría ser peor de lo esperado.
Más allá de los mercados y del entorno macroeconómico, cada vez son más las empresas que advierten de las repercusiones del coronavirus en su negocio, debido a la disrupción de las cadenas de distribución que amenaza con desabastecerlas o con dificultar la gestión del almacenamiento de productos. La repercusión del brote es transversal, afectando a compañías automovilísticas, tecnológicas, aerolíneas, minoristas, hoteleras, entidades financieras, firmas de alta costura.
Expertos en materia mercantil, analizan que, debido a la presencia del virus en el comercio general, ha provocado una crisis que cifra el costo de la pandemia en un billón de dólares que equivale a un 1.3% del crecimiento económico mundial previsto para el presente año.
Otras de las razones que podía ultrajar el mercado mundial y latino americano, se debe a que por lo menos 5 millones de empresas y pequeños industriales tienen un proveedor chino, esto apunta a que la economía de este país asiático puede reducirse a un tres por ciento y la economía mundial también sería lastimada.
Debido a lo letal del COVID-19, parece que hasta ahora sólo ha mostrado la calma de su tempestad, de manera que preparémonos para lo peor, porque cuando muestre sus aterradoras tormentas, no encontraremos un arca que nos pueda salvar de esta inundación que tiene en ultimátum la existencia humana, entonces es cuando vamos a comprender que el coronavirus no es cuento chino, sino una pandemia totalmente original.
Cuando la humanidad quiera descubrir que estos centellazos tienen patas de paloma, o sea, cuando se descubra su vacuna, el desbordamiento de fallecidos ya será tan inmenso que el demonio probablemente tenga tenaza para tantas almas.