Gobiernos opresores, un gran lunar para Latinoamérica

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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


El mundo latinoamericano no ha tenido experiencia positiva en cuanto a gobiernos dictatoriales se refiere. Cuando apenas comenzaba, abrir los ojos, en Colombia ya existía un gobierno dictatorial, que por fortuna no alcanzó los cuatro años, sin embargo, muchos comentan aún, que la gestión del general Rojas fue positiva para la nación.
Paralela a esta dictadura se encontraban nuestros vecinos venezolanos gobernados por el también militar Marcos Pérez Jiménez, quien, a pesar de no tener mayoría de votos, el régimen militar que derrocó al presidente Rómulo Gallegos lo impuso en la presidencia de la República. La represión policial y la corrupción extrema lo llevaron a un grandioso desfalco que terminó en la prisión.

Cuando entré a la pubertad el país nicaragüense lo gobernaba un político militar de nombre Anastasio Somoza cuyo clan familiar había tomado el poder desde el año 1937, después de 42 años de dominio tirano, la vida política y económica de los Somoza finalizó, dejando al país centroamericano en un Estado de abatimiento casi insuperable.

Argentina tampoco dio la espalda a estos opresores, Juan Domingo Perón se presentó como candidato a las elecciones de 1946 y los argentinos lo eligieron presidente, un quinquenio después nuevamente fue elegido. Después de más de una década de gobierno castrense, fue derrocado. En 1964 intentó nuevamente tomar el mandato, pero el presidente de turno Arturo Illia lo desterró y tronchó su deseo de implantar una nueva dictadura. La renuncia del presidente Cámpora le alimentó el deseo de irse a las elecciones convocadas por la ausencia de presidente.

Con su nueva esposa de nombre María, pero más conocida como Isabelita, la pareja se lanzó a la presidencia y a la vicepresidente y lograron un amplio triunfo. A la muerte de Perón Isabel Martínez su vicepresidenta se hizo al mando y fue derrocada sin terminar su mandato. Jorge Videla fue el protagonista de acabar con la pareja de gobernantes, disolvió el congreso y toda actitud política e implantó un nuevo régimen militar.

En Panamá un hijo del colombiano José María Torrijos, también militar, depone al presidente Arnulfo Arias. Durante su mandato impulsa los tratados por el Canal de Panamá con Estados Unidos, posteriormente conocidos como el tratado Torrijos-Carter, los cuales fueron firmados el 7 de septiembre de 1977 y por medio de los cuales se legalizan las bases militares en el país y se establece a perpetuidad la neutralidad del Canal de Panamá, pero estableciendo como fecha definitiva para la devolución del canal el 31 de diciembre de 1999. Debido a un accidente aéreo el militar falleció, cuatro después de firmar el tratado murió y no pudo ser testigo de su hazaña.

En Cuba el Fulgencio Batista en el año 1952 protagonizó un golpe militar, tras el cual disolvió el Congreso, suspendió la constitución de 1940 e ilegalizó todas las formas políticas. Instituido como dictador, consiguió reprimir la primera intentona comunista encarcelando a Fidel Castro y seguidores, el 31 de diciembre del 1958, con el ejercito y la población en contra, se vio obligado a huir, tomando el poder Castro, cuyo régimen aún perdura.

Venezuela ha sido el país más golpeado por estos absolutistas, desde el año 1999 cuando Hugo Chávez tomó el poder, su ataque al capitalismo fue notorio, inicialmente la expropiación y después la desapropiación, espantó a los capitalistas como hatajo de palomas despavoridas por un perro. De inmediato la escasez de trabajo se multiplicó, la insolvencia se disparó, el inconformismo contra el régimen jamás ha claudicado. Después de su muerte dejó como legado a Nicolás Maduro, quien jamás ha conocido el manejo estatal y desde su inicio como gobernante los disturbios civiles y las dificultades económica han dominado los titulares de los medios y el éxodo de sus compatriotas se han esparcido en masa por el mundo.