Sin mujeres no hay democracia

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Escrito por:

María del Rosario Guerra

María del Rosario Guerra

Columna: Opinión

e-mail: comunicacionesmrg@gmail.com

Twitter: @CharoGuerra



Lograr la igualdad de oportunidades para la mujer colombiana es el gran reto que tengo cuando sea Presidente de la República. La realidad así lo exige y las cifras no mienten. A pesar de que las mujeres somos el 51% de la población en Colombia, el 52% de ellas viven solo con un salario mínimo o menos. Del total de mujeres ocupadas laboralmente, el 60% lo hacen desde la informalidad y estudios demuestran que la pobreza aumenta en un 31% cuando la jefatura del hogar es femenina. No se puede olvidar este tema: en Colombia, el 74% de las mujeres rurales tienen cinco hectáreas de tierra o menos para desarrollar su actividad  productiva y de allí derivar su sustento diario.


 Por estas razones, que son solo algunas, he presentado al país tres grandes propuestas para abrir oportunidades a las mujeres: primero, impulsar y visibilizar el liderazgo de la mujer colombiana; segundo, desarrollar políticas efectivas para cerrar brechas, y tercero, conciliar la vida de familia, de pareja, con la vida laboral de la mujer. ¿Difícil? Claro que no porque tenemos voluntad política.

 Impulsar y visibilizar el liderazgo de la mujer colombiana. Este es el panorama hoy. Las mujeres en el Gobierno Nacional ocupan solamente el 37,5% de los ministerios, es decir, de las 16 carteras 6 son dirigidas por  mujeres. Nada diferente ocurre en los cargos de elección, donde las mujeres son: 21% congresistas, 15,6% gobernadoras, 12.2% alcaldesas, 17% diputadas y 17.6% concejales. En el sector privado, por cada mujer empresaria, hay dos hombres. Cerrar las brechas laborales de género es fundamental para aumentar el crecimiento sostenible y acabar con la pobreza antes de 2030.

 De acuerdo con el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL, cuando las mujeres están representadas por otras mujeres, es más eficaz la incorporación de políticas públicas. Además, cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías crecen. Según la OCDE, el aumento de la participación de las mujeres en la vida laboral produce un crecimiento económico más rápido.

 Propongo llegar a la Presidencia de la República para que mi gabinete ministerial esté conformado 50/50, hombres y mujeres, para que las mujeres tengan espacio y puedan dar ejemplo de capacidad, tenacidad y ejecución, al tiempo que superemos la actual Ley de Cuotas que solo llega al 30%. De igual forma, buscaremos paridad en las listas para aspirar a corporaciones.

 Una mujer debe liderar la estrategia de lucha contra la corrupción; de cultura ciudadana para respetar la ley y la autoridad; de emprendimiento productivo en alianza con empresas, y de oportunidades productivas para la mujer rural. Debemos comprometer al sector privado para que brinde igualdad de condiciones en acceso y remuneración a las mujeres.

Ejecutar políticas efectivas para alcanzar igualdad de oportunidades. En Colombia no falta legislación para alcanzar la igualdad de oportunidades para las mujeres. Así lo consagra la Constitución en tres de sus artículos y desde 1992 se han promulgado más de 18 leyes en materia de derechos y protección. Aquí el problema es de implementación, porque pese a la normativa siguen vigentes brechas y discriminación.

Necesitamos desagregar el Presupuesto de la Nación, para que podamos incluir porcentajes reales dirigidos a programas para las mujeres. Un Gobierno comprometido con el cierre de brechas y con brindar oportunidades a las mujeres, tiene que saber cuánto se invierte en educación, salud, vivienda, y así, en los diferentes programas que las beneficie.

Es necesario implementar programas con necesidades diferenciadas, alineando programas efectivos con la legislación vigente en: emprendimiento, alfabetización financiera (acceso a crédito), mujer cabeza de hogar, prevención de embarazo adolescente, reducción de tasa de mortalidad materna y prevención de violencia contra la mujer (sexual e intrafamiliar).

Conciliar la vida familiar, laboral y de pareja. Tener personas a cargo reduce la oferta laboral femenina en 17.5%, mientras que en los hombres se reduce solamente en un 2.5%. Además, la participación de la mujer en el mercado laboral es más restringida por el tiempo dedicado al cuidado del hogar. Aquí hay un tema muy serio. Las mujeres no deben sentirse culpables de trabajar, pero el Estado les debe facilitar oportunidades para cumplir su rol de madre o cuidadora.

Para conciliar este tema proponemos implementar varias acciones, que ya vienen siendo exitosas en otros países: el teletrabajo, la licencia de maternidad compartida, flexibilidad de horarios laborales y promover la cultura de pareja con cargas proporcionadas.

 Tenemos un gran reto como Nación. Yo tengo un gran reto: cuando sea Presidente de Colombia contribuiré  para cerrar esa brecha y abrir oportunidades a la mujer colombiana.

 Que no sea en vano el sacrificio de Policarpa Salavarrieta. ¡Qué mujer! Joven y luchadora, dio su vida por amor a la Patria. Porque ya es la hora. Ya es hora de levantarnos todos por las mujeres de Colombia. ¡Ya es hora de que Colombia tenga a una mujer Presidente!