Sin duda alguna tanto padre y madre desean la mayor y mejor protección para sus hijos, de la perversidad que proviene de los abusadores sexuales, que acechan y actúan sin cesar, especialmente, en el ámbito infantil.
Se preguntarán ¿Por qué trataremos este tema? No son acaso suficientes los casos de secuestradores, torturadores, violadores y asesinos de niñas y niños que suceden por estos días, sin contar los que no salen a la luz pública. Los defienden, legalmente sus padres, ellos tienen la patria potestad, su custodia y deben velar por el acorde y sano crecimiento hasta que cumplan la mayoría de edad; le corresponde igual al Estado y a su organismo el Icbf; también a la sociedad en su leal proceder ética y moralmente.
El caso del crimen de la niña Yuliana, que conmovió al país, sensibilizándolo un poco y que lo ha llevado a comportarse como debe ser, rechazar y no olvidar a los pocos días estos casos atroces; además de estar pendiente que se imparta con todo rigor justicia. Los crímenes que cometió a más de un centenar de niños el infanticida Garavito y recientemente Rafael Uribe, generaron mucha indignación; se espera no queden en la impunidad.
El Artículo 209 del Código Penal Colombiano, señala: el que realizare actos sexuales diversos del acceso carnal con persona menor de 14 años o en su presencia o la induzca a prácticas sexuales, incurrirá en prisión de 9 a 13 años; sin embargo muchos, en este caso hombres, comienzan con el argumento: “esta niña está como me la recetó el médico”; no tengo nada contra los médicos y por supuesto no es iniciativa de ellos esa frase; solo que muchos bárbaros la repiten, saliéndose de lo normal, no se satisfacen con una mujer mayor y hacen lo anormal, abusando a niñas.
La conducta del incesto, inmerso en estos acontecimientos, no se ha erradicado del todo; ya que el violador en ese ámbito, el familiar, continuará su conducta perversa en la sociedad; inicialmente no fue denunciado y ya descarriado seguirá creyendo que no lo será ahora. La sociedad debe despertar y alerta con los ojos abiertos y los oídos despiertos reaccionar.
¿Se puede prevenir el abuso sexual a la niñez? Sí, los padres deben estar en alerta continua, con presencia directa e indirecta y comunicación reiterada con sus hijos; criarlos no es fácil, apartarlos y mantenerlos vigilados de la perversidad lo es más; ante esta tarea no hay que desmayar y siempre pendientes debemos estar.
Según, las estadísticas muestran que son más abusadas las niñas que los niños, situación que se observa más en familias de estratos bajos, sin descartar los altos. El panorama es oscuro y más oscuro se volverá si nos desentendemos de cómo abordarlo, descifrarlo y frenarlo, ya que tiene que ver con la descomposición que vive la sociedad colombiana, en su pretensión de salir de lo normal con el esnobismo de modelos importados que hicieron daño en otro lugar y lo harán acá.
Mucho se habla y se repite que los niños son el futuro de Colombia. ¿Será cierto? Contiene sí una verdad que no queremos reconocer y que muchos quieren truncar, cercenándoles la vida.
La sociedad colombiana debe iniciar la cultura del respeto a la niñez en todas sus etapas; crear y mantener la drasticidad, inflexibilidad en el castigo a los abusadores sexuales sin contemplación ni atenuantes.
Los delitos que se cometen contra la niñez son premeditados, muy calculados por los violadores sexuales y las conductas previas que no lo son los provocarán. Preparémonos a detectar y a descubrir a tiempo las mañas de los abusadores y delatarlos antes que sea tarde; legislación al respecto existe.