A raíz de los múltiples comentarios de los representantes de los gremios en Santa Marta, de los líderes comunales, profesionales independientes y ciudadanos en torno al POT 500 Años en los que expresan sus reservas y diferencias con el documento que se debatió en el Concejo Distrital, quisimos indagar por lo que toca al Turismo, teniendo en cuenta nuestra vocación mayoritariamente turística.
EL INFORMADOR consultó a nuestra columnista Veruzka Aaron, Economista, Especialista en Políticas y Mercados de Suelo para América Latina y Magister en Gestión Ambiental, quien ofreció una interpretación de lo que podría generarse, al aprobarse el POT en los términos en los que se está exponiendo.
A todos los comentarios que argumentan efectos negativos a nuestra ciudad del POT 500 Años, se suma el que ahora presentamos a nuestros lectores, desde la óptica del desarrollo turístico de la ciudad con sus implicaciones para la economía en general. Juzguen ustedes.
En días pasados se dio a conocer a la opinión pública que, el proyecto de acuerdo del Plan de Ordenamiento Territorial de Santa Marta, superó el primer debate en el Concejo Distrital, lo cual, resulta no solo preocupante sino frustrante para gran parte de sus sectores socioeconómicos, pues, frente a este proyecto existen fundadas objeciones, identificadas y expuestas de manera clara y oportuna por parte de profesionales, empresarios y representantes de gremios locales, objeciones que al parecer, no han sido escuchados.
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La frustración no es para menos, pues, las expectativas frente al nuevo POT “500 Años”, eran muy altas. Esto, no solo por la importancia de dicho plan para el desarrollo de la ciudad, sino dada la inversión financiera y el tiempo que implicó su construcción. Uno de los aspectos que quizás, mayor interés despertaba sobre este, era conocer como desde el ámbito urbano se abordaría la planeación espacial y socioeconómica de la vocación turística. Específicamente, el tratamiento que se daría a sectores urbanos como el de la franja costera de la ciudad, área considerada como la de mayor valorización en el Caribe colombiano, debido a sus calidades paisajísticas.
La ciudad debe tener presente que, pese a que el territorio tiene por definición una vocación turística, sobre este pesan imposiciones que desde años atrás, han condicionado su desarrollo como tal. Una de estas y quizás la de mayor peso, es la perdida de jurisdicción del Distrito sobre el área del Parque Tayrona, el recurso más valioso de este territorio, al cual, como sociedad hemos debido renunciar en aras el interés nacional. Pero si a esto, ahora le vamos a sumar decisiones que lo que producen es la castración de las posibilidades de aprovechamiento de un área tan estratégica como la franja costera, entonces queda muy poco para generar condiciones competitivas turísticamente.
El Concejo debe tener presente que el POT, es una política pública que impacta directa e indirectamente la cotidianidad de la ciudadanía, por tanto, su estudio requiere la mayor rigurosidad técnica, así como la atención de las inquietudes y perspectivas de los distintos sectores socioeconómicos locales. De lo contrario, se corre el riesgo de que este Plan se perciba como producto de una imposición y no de una concertación y construcción colectiva, como es el deber ser.
Parafraseando al Nobel García Márquez, la franja costera es para el turismo samario, una segunda oportunidad en esta tierra. ¡No la desaprovechemos!
“Un uso del suelo destinado para equipamientos en la franja de litoral, significaría el sacrificio de un área estratégica para el desarrollo de infraestructura residencial y hotelera, lo cual, no tendría como compensarse en ninguna otra zona urbana de la ciudad, simplemente porque ninguna otra, tiene atributos paisajísticos comparables”.
¿Hacia dónde expandir el sector turístico e inmobiliario en Santa Marta?
Indudablemente la única zona de expansión para proyectos turísticos e inmobiliarios es la zona comprendida entre Pozos Colorados hasta los límites del distrito que van hasta el puente del Doctor; esta línea de playa estaría afectada por el POT Santa Marta 500 años que impone equipamientos para la ciudad, por ejemplo, un nuevo Centro de Convenciones que entraría a hacerle competencia al existente, que tiene una capacidad de 1.200 personas.
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Aquí es necesario hacer un análisis de qué tanta ocupación tendría este nuevo centro de convenciones partiendo de la base de que en el actual se genera tan solo un promedio de cuatro congresos por año, esas dimensiones teniendo como competencia los centros de convenciones de Medellín, Cali y Cartagena que cuentan con excelente área comercial que permite la financiación de los mismos. A esto debe agregarse que los grandes hoteles ofrecen salones con todas las comodidades como, por ejemplo, Irotama (680pax) y Zuana (400pax) que son los que le siguen en capacidad y cada complejo hotelero ofrece un salón para al menos 300 personas.
El aeropuerto Simón Bolívar, sigue ocupando un espacio vital para el desarrollo del turismo de Santa Marta. Actualmente es tan solo una terminal de pasajeros que bien podría trasladarse hacia Ciénaga y ejecutar en esa zona proyectos hoteleros y desarrollos inmobiliarios que generen empleos y rentas para el distrito.
Si la ciudad requiriera un nuevo Centro de Convenciones, podría pensarse en la Quinta de San Pedro Alejandrino y en los terrenos que posee la Gobernación en el sector de la Bolivariana para su construcción. Se generaría un importante corredor de negocios y transporte a su alrededor y tendríamos otro punto para ofrecer a los visitantes.
Es importante entonces poner en la balanza los ingresos y el empleo que generaría la explotación de este importante sector, que es la única zona de expansión para el sector turístico e inmobiliario y lo que en la actualidad y a futuro produzcan el equipamiento sugerido en el POT y el aeropuerto instalados en sitios paisajísticamente propios de la vocación turística de Santa Marta.
La ciudad arrastra sobre su vocación turística la pérdida del dominio del Parque Tayrona; si sumamos lo que propone el POT 500 años, no tendría otra zona para desarrollar esta vocación. El Turismo estaría castrado.
Escrito Por: Veruzka Aaron
