La Cárcel Distrital Rodrigo de Bastidas ubicada en el barrio en los Alcázares de Santa Marta cuenta con más de 70 años de historia. Esta se ha convertido en un ‘dolor de cabeza’ para los moradores de los alrededores.
anta Marta sigue su conteo regresivo acercándose a los 500 años de su fundación, por lo que sus habitantes han manifestado los cambios que quieren ver, entre las que se destacan las obras de gran envergadura que se merece la ciudad.
Una de esas exigencias la vienen dando a conocer desde hace muchos años los habitantes de los sectores aledaños a la Cárcel Distrital Rodrigo de Bastidas, quienes aduciendo razones de seguridad esperan que esta sea reubicada lo más pronto posible.
Los vecinos del centro carcelario manifiestan que viven preocupados por las experiencias que han vivido con los disturbios, intentos de fugas, entre otros, lo que siempre ha puesto en riesgo su tranquilidad y bienestar, y más cuando se trata de un sitio residencial.
La gran mayoría de habitantes del sector piden que se traslade la cárcel por motivos de seguridad otros por el contra-rio no están de acuerdo porque de allí proviene su fuente de empleo y ganancias para sus negocios.
Jessica González, residente y propietaria de un restaurante en diálogo con EL INFORMADOR, manifestó que, “no estoy de acuerdo yo tengo mi restaurante y mis clientes son los guardianes y la parte administrativa, gracias a la cár-cel puedo sostener mi negocio y pagar las cuentas, a mi me beneficia que se quede en este sitio.
Mientras que la opinión del señor Jorge Riatiga es que se debe trasladar “ para nosotros es un riesgo, obviamente tener una cárcel tan cerca a las casas, sería muy bueno que se estudiará la posibilidad de un traslado hasta otro sec-tor de la ciudad. muchas veces se han presentado tiroteos y desmanes al interior de la cárcel y eso obviamente nos afecta”.
Vecinos también manifestaron que cuando van a vender o arrendar las casas, los clientes no aceptan el valor oferta-do, ya que les preocupa tener la cárcel tan cerca, por lo que muchos han optado por no vender antes de perder dinero de su inversión.
Además de los problemas de seguridad que manifiestan los moradores, se le suma los de movilidad, al asegurar que si no estuviera la cárcel, en ese lugar podría seguir una avenida descongestionando las calles del Distrito.
La señora Jessica González residente y propietaria de un restaurante en diálogo con EL INFORMDOR, manifestó. “ No estoy de acuerdo yo tengo mi restaurante y mis clientes son los guardianes y la parte administrativa, gracias a la cárcel puedo sostener mi negocio y pagar las cuentas, a mi me beneficia que se quede en este sitio.
Mientras que la opinión del señor Jorge Riatiga es que se debe trasladar “ para nosotros es un riesgo, obviamente tener una cárcel tan cerca a las casas, sería muy bueno que se estudiará la posibilidad de un traslado hasta otro sector de la ciudad. muchas veces se han presentado tiroteos y desmanes al interior de la cárcel y eso obviamente nos afecta”.