Educación y conectividad en el Magdalena

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Escrito por:

Javier Lastra Fuscaldo

Javier Lastra Fuscaldo

Columna: Opinión

e-mail: javierlastra6@hotmail.com

Twitter: @JLastraFuscaldo


La suspensión de la educación presencial física producto de la pandemia del coronavirus ha sido remplazada por la educación presencial virtual en la mayoría de centros urbanos del país.
La solución con base en el uso de tecnologías que empezó siendo temporal ha venido tomando fuerza y es posible que en el corto plazo y de carácter permanente la virtualidad se inserte como una nueva modalidad de aprendizaje tanto en la educación básica como superior.

El ministerio de educación ha planteado que la educación virtual se prolongará hasta el 31 de julio y posteriormente se utilizará el mecanismo de alternancia que no es otra cosa que combinar los tiempos de educación presencial entre los centros educativos y los hogares.

Para que la educación virtual funcione, obviamente se requiere conectividad pero las cifras en muchísimas regiones de Colombia son dramáticas. Según la encuesta de hogares del DANE mientras el promedio nacional de conectividad en los hogares está en un 52 por ciento de internet, en el departamento del Magdalena alcanza un 34, sin embargo en materia de computadores y portátiles el Magdalena tristemente se encuentra en un 18 y un 10.5 por ciento respectivamente.

Desde el primer anuncio del Gobierno Nacional de decretar el confinamiento, se clausuró la Educación en las aulas para millones de niños de colegios oficiales quienes no encontraran en sus viviendas la solución con la que cuentan los niños en las ciudades capitales de departamentos y ciudades intermedias.

Al principio de la medida, escuché testimonios de profesores de los Municipios de San Zenón, Pijiño del Carmen y Concordia, de enviar las tareas a los celulares de los pocos padres de familias campesinas quienes contaban con teléfonos inteligentes pero nunca recibieron las devoluciones de los trabajos y por esa razón dejaron de intentarlo.

Lamentablemente millones de niños del país no les será posible practicar la alternancia puesto que tienen la barrera de la falta de conectividad lo que compromete la ya deteriorada calidad de la educación del departamento del Magdalena que se encuentra 25 puntos por debajo del promedio nacional.

Esa situación obliga a las autoridades nacionales revisar la posibilidad de plantear estrategias para el regreso permanente a la educación presencial en aquellas zonas donde la virtualidad no es aplicable, dotando gratuitamente a los niños y familiares de elementos de bioseguridad. En el departamento del Magdalena la situación es apremiante, casi el 77% del servicio educativo es en zonas rurales, con pírrica conectividad y con grandes retos y metas por alcanzar en esta materia.

En el plan de desarrollo departamental inicialmente presentado se dedicó un párrafo de tres renglones al diagnóstico de la conectividad ante una evidente insuficiencia de recursos para cerrar la brecha tecnológica. Es necesario colocar metas claras. En el cuatrienio anterior el programa gubernamental `computadores para educar’ entregó en el departamento del Magdalena 400 tabletas de 54 mil distribuidas en todo el país. Cifras realmente desalentadoras que exigen una contundente política de articulación tecnológica y educativa.

Por ahora y mientras superamos el 31 de julio fecha en que terminaría la orden de desarrollar la educación en casa, inexistente en la ruralidad del Magdalena, habría que volver a la década de los 70 y que aún funciona en varias regiones, en la que miles de niños del país con educación a distancia, con radio y con cartillas salieron del analfabetismo.