Elogio democrático

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jesús Dulce Hernández

Jesús Dulce Hernández

Columna: Anaquel

e-mail: ja.dulce@gmail.com



En los últimos 20 días se conmemoraron en Colombia dos fechas de especial interés: el 17 de febrero los 30 años de la muerte de Estanislao Zuleta y el 9 de marzo los 30 años de la firma del acuerdo de paz con el M-19 por el gobierno de Virgilio Barco.
La coincidencia no es menor si la historia de ambos sujetos y el legado que marcaron en la democracia colombiana se tiene en cuenta como un aprendizaje sustantivo para el momento en que nos encontramos, más aún ahora que estamos próximos a terminar y evaluar el proceso de conversación nacional que emprendió el gobierno con los representantes de la sociedad civil desde finales del año pasado.

Zuleta fue un pensador como pocos. Autodidacta, llegó a ser uno de los filósofos, escritores y catedráticos más importantes del país. Algunos lo recordarán por su aclamado ensayo sobre “El elogio de la dificultad”. Sus ideas y reflexiones fueron claves para entender el contexto social y político en que se encontraba Colombia cuando se pactó la Paz con la guerrilla del M-19 en cabeza de Carlos Pizarro. Es una lástima que sus escritos no sean más tenidos en cuenta en las aulas escolares y de educación superior. Por eso, este artículo, más que dejarles una opinión sobre nuestra realidad, la aprovecharé para transcribirles algunas sentencias del gran Estanislao Zuleta que considero son, no sólo de un profundo rigor intelectual y filosófico (muy platónico), sino de una gran sensibilidad por la condición de los seres humanos:

1. La democracia no pertenece a las tradiciones de la izquierda. [Estas] han estado determinadas por el marxismo […] y el marxismo no es un pensamiento democrático.

2. Los hombres no nacen libres e iguales. Por eso […] no se debe hablar sólo de los derechos sino también de las posibilidades. […] De lo contrario se queda con el derecho y sin la posibilidad; y el derecho se queda escrito.

3. Sólo el saber otorga legitimidad.

4. El diálogo es la exigencia más importante de nuestra época, pero detrás del diálogo se necesita que haya alguna fuerza. La fuerza no es necesariamente la violencia. […] El diálogo respaldado por las masas tiene fuerza y resulta más decisivo que un poder armado porque no se le puede oponer las armas.

5. Para que exista el diálogo tenemos que partir de la hipótesis de que no tenemos toda la verdad. La idea de que el otro está completamente equivocado, o de que yo no tengo nada que aprender en la discusión y me siento a discutir porque las cosas están difíciles y otra salida sería más peligrosa, no es un buen comienzo para un diálogo efectivo.

6. Hay dos cosas a las que no se puede obligar a nadie que ya sabía Platón desde la antigüedad: a pensar y a amar.

7. La igualdad sólo tiene sentido cuando la diferencia no da pie a que unos dominen a los otros.

8. La misera no es sólo carencia de alimentos, de vestido, de vivienda o de servicios, sino también impotencia par luchar con eficacia contra esas carencias. Esa misera es aún la más triste de todas cuando es vivida en la dispersión, la soledad y el aislamiento.

9. Tenemos que investigar no lo que la Constitución dice, es decir, lo que un sistema dice de sí mismo, sino lo que ese sistema hace, es decir, la manera como los hombres viven allí.

10. El desarrollo de la democracia es una tarea infinita.