La mente humana tiene la pésima costumbre de extasiarse e identificarse con el horror, hasta sublimarlo y presentarlo con la túnica de la santidad, de la bondad, como una dádiva celestial; y esas mentes caóticas se valen de una terrible artimaña: hipnotizan a la humanidad presentando a los creadores de la guerra y del armamentismo mundial como grandes genios dignos de ser imitados por la nueva generación.
Con unas frases de fascinante retórica, con tono angelical y exaltación sobrehumana, fue presentando esa atrocidad aquel sujeto malvado, pero con aire de Kabir, como un salvador de la humanidad ¿Por qué presentan esta clase de programas?
¿Cuál es el propósito? Siendo que lo mejor es olvidarnos ya de esa clase de personajes ¿Por qué ocuparnos de esta gente que produce tanto dolor y destrucción al género humano? ¿Para qué? Estos "famosos héroes", ¿qué han aportado a la inteligencia humana? Son como toxinas; se han dedicado a frenar la cultura superior del ser humano, a la civilización trascendental, aprovechando que sus instintos animalescos son vistos por gente ignorante, en el sentido exacto de la palabra, como manifestación de la divinidad.
En los programas de televisión no encontramos los nombres de Lobatcheevsky, de Einstein, de Minkovsky, de Hinton, de Gandhi…. Y personajes como estos, son auténticos cimientos de la inteligencia humana; esos protagonistas son los verdaderos prototipos a seguir por la humanidad; pero sus nombres ni siquiera son mencionados; todo lo contrario, siempre se han planteado dudas acerca de la existencia de Jesús y sus doce apóstoles, si Krishna fue un personaje que entregó al mundo una doctrinas de salvación o tan sólo un mito; si Quetzalcóatl fue un avatar mexicano o tan sólo una ficción; o si realmente Buda o Santideva caminó sobre la Tierra o ha sido una proyección de nuestros sueños, de nuestros deseos…
Es lamentable que los educadores "modernos" destruyan por completo la idea de cómo debería ser la vida; y cada vez la convierten en un artículo de consumo. Le enseñan al educando a ganar más, pero no le enseñan a vivir profundamente, a vivir plenamente; le enseñan el valor al dinero pero no el valor del ozono; le enseñan el valor de ser primer ministro o presidente, pero no el valor de ser espiritual o religioso.
La educación se ha propuesto con saña inaudita cerrar todas las puertas y ventanas al amor, a la compasión, a la caridad, a la verdad, a la belleza interior. La educación lo que está formando son cápsulas sin ventanas: niños, adolescentes y jóvenes llevando una vida estereotipada; y para rematar a la nueva generación, le han ido creando muros cada vez más gruesos, y los hacen por medio de la competencia, de la ambición: queriendo tener más y más; lo necesitemos o no, eso no importa…
La educación no dice nada sobre los grandes hombres que enseñaron a vivir con inteligencia, y si no existiera la Biblia, El Corán, el Mahavarata, el Bagavad-Gita, no habría ningún dato acerca de ellos. La educación nunca ha tenido interés en ellos. La educación sólo le interesa que la gente conozca la friega, la depravación, a la gente loca, asesina, conflictiva…
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