De sapo, en la parranda de ʼEl Turcoʽ Pavajeau

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jacobo Solano Cerchiaro

Jacobo Solano Cerchiaro

Columna: Opinión

e-mail: jacobosolanoc@hotmail.com

Twitter: @JacoboSolanoC



El festival es en la plaza y, como todos los años, el 27 salí temprano a recoger testimonios, grabar videos y hacer fotografías para mis proyectos de investigación folclórica; pero al darme cuenta de que la Fundación había trasladado el concurso de acordeoneros para darle paso a los eventos de Carlos Vives, quedé más desubicado que una cucaracha en baile de gallinas, desprogramado y sin saber que hacer, me dije: tengo que inventarme algo. Me las ingenié para entrar y terminé colado en la parranda de ʼEl Turcoʽ Pavajeau, a pesar de que somos amigos, ʼEl Turcoʽ se sorprendió porque yo no estaba invitado, eso sí, me recibió con la calidez de siempre. Allí me encontré con la plana mayor de la cuntería vallenata que vale oro; Iván Gil, con su anécdotas folclóricas y una que otra mentira; ʼEl Monoʽ Gil, con sus historias cargadas de humor y Jonás Ortiz, quien se lució narrando las perradas de Óscar Guerra y las intimidades de Lucas Gnecco y sus recordadas salidas estrafalarias cuando era gobernador, pero lo mejor fue cuando osó hablar de sus preferencias políticas por Gustavo Petro, se levantó ʼEl Turcoʽ y le dijo: “Jonás, si vas a hablà de Petro, no te lo acepto, aquí hay gente importante a la que no le gusta eso”. Hubo un momento de tensión que no parecía de amigos, pero no pasó a mayores y todo se zanjó con un abrazo y un trago de Robertico que es lo que le gusta al anfitrión; la parranda continuó y el toque del acordeón de Jaime Dangond y las poesías de Oscar Gómez Brito disiparon el ambiente, enrarecido por la política, para volver a la identidad que la ubica como la mejor parranda de Valledupar; cantos, cuentos, historias y sapos, como yo, que gozamos con la mejor atención de la familia Pavajeau, la misma que recibió en su casa a ʼColachoʽ Mendoza y lo apoyó para que fuera un grande, fueron ellos quienes le regalaron su primer acordeón; también a Carlos Huertas, que siempre consideró esta parranda su preferida, fue en esta casa de la plaza Alfonso López donde se sacó la rabia cuando Consuelo le eliminó su canción, la mejor que le han hecho al Festival, El abrazo guajiro. Pero lo mejor de la parranda fue al salir, en la puerta al despedirme, me dice el Turco: “Oye Jacobo había que llamarle la atención al Jonás ese, pero te confieso yo voy con Petro, estoy cansao de tanta sinvergüencería”. No tuve otra que reír y salir agradecido por haber asistido, de sapo, a una histórica y memorable parranda del Festival Vallenato.