La mayoría de los pueblos que no han padecido en forma directa la crueldad, el asesinato, la negación del individuo, la pérdida de la libertad de expresión y el desconocimiento de la propiedad privada características sinequanom de los gobiernos comunistas, se enteran de que ello es así cuándo quedan sumidos bajo un régimen comunista.
Eso le ha pasado en América a Cuba, Nicaragua, Venezuela, Argentina y ahora a Colombia; la historia nos hace ver que, en Europa del Este en la URSS, esto es en la unión de repúblicas socialistas soviéticas, tan pronto como quedaron en manos de Marx, Lenin y Stalin comenzaron las matanzas y asesinatos.
Los que no están con ellos desaparecen del planeta o son torturados y encarcelados, sufriendo los peores vejámenes. Según el “libro negro del comunismo” publicado por la universidad de Harvard en los Estados Unidos fueron más de 100 millones de personas sometidas a crímenes de lesa humanidad que tuvieron lugar en la Unión Soviética y China. Así: Unión Soviética 21 millones y China, 82 millones.
En consecuencia, ha sido el peor genocidio colectivo que se ha presentado en el mundo, junto con aquél derivado del holocausto Nazi que alcanzó los 6 millones de judíos asesinados; conforme al museo del holocausto en los Estados Unidos. Existen producto de la Segunda Guerra Mundial en 1945 otros 11 millones de muertos que incluyen civiles soviéticos, polacos, ucranianos y bielorrusos, prisioneros de guerra y discapacitados.
Los dos genocidios relevantes tuvieron origen con los crímenes de lesa humanidad de un lado de Hitler con 6 millones y los ejecutados por la URSS y China que superan los 100 millones. Más los comunistas siempre se refieren a los genocidios nacistas y por el número de muertes, los más genocidas entre los genocidas han sido los comunistas; ahí están los hechos y las estadísticas.
Dónde hay represión, hay violencia; no puede haber libertad y menos aún democracia; Lenin y Trotsky aplicaron el terrorismo; hubo lapidaciones; se perdía la vida recibiendo pedradas, crucifixiones a los sacerdotes y religiosos, ahogamiento en aguas heladas.
Arrancaban el cuero cabelludo, arrojaban a sus víctimas a los altos hornos, enterraban a las personas estando aún vivas. También degollamientos al arrancar la piel a los presos y con ella elaboraban guantes; es decir, se cometieron las mayores atrocidades humanas.
Tan solo Lenin causó la muerte de 7 millones de seres humanos. Las estadísticas que se han conocido de la Unión Soviética arrojan cerca de 21 millones de muertos, de los cuales muchos de ellos asesinados sobre la base de las famosas purgas.
En la época staliniana siguieron los crímenes y las hambrunas de igual manera se produjeron miles de homicidios; se conocieron esos hechos de criminalidad gracias al escritor del Archipiélago, Gulag Aleksander Solzhenitsin, Nobel de literatura, quién contó esas tenebrosas tragedias de la población soviética y se constituyó en el principal crítico del comunismo soviético.
Pero el comunismo igualmente ha producido innumerables muertos en otros Estados; por ejemplo, en Corea del Norte cerca de 4 millones y medio han fallecido por razón de los actos criminales del actual gobierno.
En América, el régimen de Cuba ha matado alrededor de 73000 cubanos, en Nicaragua Ortega registra 5000 muertos; en Venezuela se superan las 250.000 muertes por causa del gobierno chavista y madurista y en Colombia la guerrilla comunista de las Farc y el Eln, sobrepasa los 100.000 crímenes fruto de las balas de estos facinerosos.
Todas estas cifras de muertes se derivan de los datos que reposan en el “libro negro del comunismo” de la Universidad de Harvard. Los fanatismos ideológicos y el sectarismo de los partidos leninistas no admiten la controversia política, ni la crítica a sus decisiones contra sus pueblos. “Quién no está con ellos está contra ellos”.
Por estar bajo esas circunstancias de pobreza y represión los que pueden abandonan sus países. Eso se ha palpado con los 7 millones de venezolanos que emigraron de su terruño. A Colombia han llegado 2 millones en condiciones paupérrimas.
Ya muchos colombianos ante el panorama negro y tétrico que nos está ofreciendo el gobierno petrista han emprendido las de Villadiego, buscando nuevos horizontes en el extranjero.
En consecuencia, nuestros malhechores comunistas del M-19 y los otros forajidos leninistas de las Farc y del Eln siguen cometiendo los asesinatos que son innatos como hemos puesto de relieve en las ideologías bolcheviques.
Petro creyó que aceptando todas las condiciones de los bandidos y por haber sido militante de una guerrilla iba a ser exitoso en su proceso de paz y su logro es empoderar a los grupos subversivos; al contrario, se incrementaron las masacres, los ataques a los pueblos y las emboscadas a soldados y policías.
