El Papa Francisco presidió este Sábado Santo, 8 de abril, la Vigilia Pascual celebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano, donde invitó a los fieles a recordar su primer encuentro con Jesús: “Si recuperas el amor primero, la maravilla y la alegría del encuentro con Dios, seguirás adelante”, afirmó.
Alrededor de 8 mil personas entre fieles, obispos, cardenales y religiosos, esperaban al Santo Padre en el interior de la Basílica de San Pedro, tenuemente iluminada, creando un ambiente de recogimiento e invitando al silencio y meditación de la víspera.
El Santo Padre accedió al templo desde la entrada principal, y antes de que diera comienzo la celebración, bendijo la fogata ardiente y encendió el cirio pascual, símbolo de Cristo. La luz del cirio acabó con la oscuridad y la Basílica se iluminó de nuevo.
En su homilía, el Papa Francisco reflexionó sobre la tristeza que sufrieron las mujeres de camino a la tumba de Jesús y lo comparó con el cansancio y dolor que muchas veces sufren las personas hoy en día.
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Destacó que, también nosotros, si hemo sidos “atenazados por el dolor, agobiados por la tristeza, humillados por el pecado, amargados por algún fracaso o por alguna preocupación, hemos experimentado el sabor amargo del cansancio y hemos visto apagarse la alegría de nuestro corazón”.
En esta línea, señaló también la impotencia y el desánimo “ante el poder del mal, los conflictos que desgarran las relaciones” así como las guerras o la tristeza por la muerte de un ser querido.
Volver a Galilea
Según explicó el Papa Francisco, la Pascua del Señor “nos impulsa a seguir adelante, a salir del sentido de la derrota, a hacer rodar la piedra de los sepulcros en los que a menudo encerramos la esperanza, a mirar al futuro con confianza, porque Cristo ha resucitado y ha cambiado el rumbo de la historia”.
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Para ello, el Santo Padre propuso imitar a los discípulos y “volver a Galilea”, donde comenzó nuestra historia de amor con Jesús.
Explicó que la Pascua y Resurrección de Cristo nos pide “revivir aquel momento, aquella situación, aquella experiencia en la que nos encontramos con el Señor, experimentamos su amor y recibimos una mirada nueva y luminosa sobre nosotros mismos, sobre la realidad, sobre el misterio de la vida”.
“Para resucitar, para recomenzar, para reanudar nuestro camino, necesitamos siempre volver a Galilea, es decir, volver no a un Jesús abstracto, ideal, sino al recuerdo vivo, concreto, palpitante de nuestro primer encuentro con Él”, añadió.
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“¡Recuerda y camina!”
Más tarde, el Papa Francisco aseguró que “para caminar hay que recordar; para tener esperanza hay que alimentar la memoria”.
“Esta es la invitación: ¡recuerda y camina! Si recuperas el amor primero, la maravilla y la alegría del encuentro con Dios, seguirás adelante. Recuerda y camina”, expresó el Pontífice.
Más tarde, el Santo Padre aclaró que nuestra “Galilea” es el lugar “donde conociste a Jesús en persona, donde para ti Él no se quedó en un personaje histórico como otros, sino que se convirtió en la persona más importante de tu vida; no un Dios lejano, sino el Dios cercano, que te conoce más que nadie y te ama más que nadie”.
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En ese sentido, invitó a los fieles a recordar “aquella Palabra de Dios que te habló en un momento preciso; de aquella fuerte experiencia en el Espíritu, de la mayor alegría del perdón sentida tras aquella Confesión, de aquel momento intenso e inolvidable de oración, de aquella luz que se encendió dentro y transformó tu vida, de aquel encuentro, de aquella peregrinación”.
“Cada uno de nosotros conoce su propio lugar de resurrección interior, el inicial, el fundante, el que cambió las cosas. No podemos dejarlo en el pasado, el Resucitado nos invita a ir allí para hacer Pascua. Recuerda tu Galilea, revívela hoy. Vuelve a aquel primer encuentro”, señaló.
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El Papa Francisco animó a preguntarnos cómo y cuándo fue este momento y a revivir las sensaciones de ese primer encuentro con el Señor.
“El Señor, experto en derribar las lápidas del pecado y del miedo, quiere iluminar tu memoria santa, tu recuerdo más hermoso, para hacer relevante tu primer encuentro con Él. Recuerda y camina: ¡vuelve a Él, encuentra en ti la gracia de la resurrección de Dios!”, pidió el Papa.
Por último, instó a revivir la belleza “de cuando, habiéndole descubierto vivo, le proclamamos Señor de nuestras vidas. Volvamos a Galilea, volvamos cada uno a nuestra Galilea, la del primer encuentro, y resucitemos”.
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Más tarde, los fieles renovaron las promesas bautismales, renunciando a Satanás, a sus seducciones y obras.
