María: consuelo de los afligidos
En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena.
Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: “Mujer, ahí está tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí está tu madre”. Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él.
Reflexión: La partida de un ser querido siempre tocará nuestras mas profundas fibras, pero recordemos que no estamos solos, sino que el Señor nos ha dejado a Maria como Madre, pues Ella misma entiende el vacío de la partida y es consuelo para todos aquellos que se encuentran afligidos y agobiados por su pena.