John Lennon

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



No lo imagino a sus 70 años como un tierno abuelito con los nietos a su alrededor escuchando las mismas historias de siempre. John Lennon los hubiera celebrado en Liverpool, tal vez al frente de la iglesia de St. Peter, con un irreverente concierto de ayuda a las víctimas de la furia de natura o de las barbaridades de los gobiernos; o quizás en intimidad con su Yoko Ono y los amigos del alma mientras alguna pieza de alto vuelo idealista rechazaba las invasiones militares al Medio Oriente o las provocadas luchas intestinas en el África. Ese era su talante.

Leyenda incluida, nace John Lennon en medio de los bombardeos nazis a Londres sin su padre Alfred, quien había abandonado el hogar para evadir la obligación militar de la Segunda Guerra, alistándose en cuanto barco zarpaba a cualquier destino; su madre, más que Julia, fue su tía Mary ("Mimi") quien lo levantó con limitaciones económicas; nunca tuvo a su padre cerca. Marcado por la guerra y el abandono, John crece rebelde y contestatario junto a sus "cinco mujeres" en un vecindario de restricciones materiales con todo lo que ello significa. Su madre lo induce a escuchar a Elvis Presley y le enseña a tocar el banjo, mientras que su tío le introduce en los secretos de la armónica. Una guitarra Gallotone obsequio de su madre le marcaría su vida artística. Ya en la escuela, buscando aceptación social, atraía la atención con rebeldía, peleas y bromas pesadas; por ello, era objeto de reproches por parte de sus maestros, quienes lo veían como causa perdida.

No era la música algo que importara mucho en la Gran Bretaña de la postguerra. Ni ayudaban tampoco la escasez y la precaria tecnología de victrolas y discos de baquelita. Mucho menos, había puntos de encuentro entre la música popular y la clásica. La tecnología que recién irrumpe y este chico inglés se juntan más adelante con otros "pelaos" de Liverpool en un movimiento revolucionario que iba a cambiar para siempre la expresión musical, algo que para esa época ya se estaba dando en los Estados Unidos: de hecho, la cultura norteamericana, a través de Elvis y la película "Rebelde sin causa" le señalan una senda definitiva.

Agrupa Lennon a Los Quarry men que sé más tarde transforman a los Beatles con algunos cambios de nómina pero siempre con su amigo Paul Mc Cartney (con quien se distancia después de la separación) desde cuando éste se integró al grupo donde harían música que hoy puede considerarse clásica sin tener que excusarse ante académicos rancios; la vida de Lennon tendría un punto de inflexión significativo: el viaje a la India con su grupo musical. La reivindicación del obrero británico y del amor del adolescente abren paso a ideas más ecuménicas: la realización espiritual de la persona, la oposición a las guerras del mundo, la lucha contra el hambre y la búsqueda de la paz mundial o del amor ideal.

Con la irrupción de Yoko Ono en su vida, Lennon inicia su historia como solista, lo que después contribuiría a darle punto final al más popular grupo musical de todos los tiempos, ese que tantos tumultos y escándalos provocaba a su paso: odios y amores, nunca indiferencia. Según sus biógrafos, la adicción de John a las drogas especialmente al LSD, la presencia de YokoOno, la muerte de Brian Epstein y la creciente influencia espiritual de Maharishi Mahesh Yogi quebrantaron la unidad del grupo. De hecho, aún beatle y poco antes de la ruptura definitiva, Lennon participa en un "supergrupo" junto a Erick Clapton, Keith Richards y Mitch Mitchell.

En la etapa final de su vida reside de base en Nueva York y, siempre polémico, publica canciones que fueron prohibidas, participa en protestas, declara contra la guerra de Vietnam, y Nixon le niega la residencia permanente en los Estados Unidos. La noche del 8 de diciembre de 1980, Mark Chapman, aduciendo que un personaje tan grande no debería estar vivo en la Tierra sino en la gloria celestial, cegó a balazos la vida de John Lennon, después de que en esa tarde el mítico británico le autografiara un ejemplar de su último trabajo, Double Fantasy.

Lennon produjo obras eternas que acarician el alma, estimulan el pensamiento y activan la razón. Enfrentó su mundo idealista al pragmático de los intereses utilitarios, demostrando que el mundo no es en blanco y negro, que existen oasis necesarios que refrescan los espíritus. Hoy, este Dios supremo de la música, sigue más vivo que nunca: su soma reposa en una tumba de ese mundo violento que terminó derrotándolo en lo material, pero que en lo espiritual, paradójicamente, lo elevó invencible a lo más alto del Olimpo al lado de sus tres gatos del Edificio Dakota. Algo de razón tendría el anodino Chapman.