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Columnas de Opinión
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Escrito por:

Amilkar Acosta Medina

Amilkar Acosta Medina

Columna: Opinión

e-mail: amylkaracostamedina@gmail.com



Ya lo había advertido S & P en un informe reciente: "la perspectiva de muchos años de penuria económica y dolorosas reformas en Europa (y en menor extensión, en Estados Unidos) podrían crear una reacción política inesperada, cambiando el curso general de la política internacional". Y ello es lo que ha venido dándose, cada vez son mayores los brotes proteccionistas en materia comercial y las restricciones al libre flujo de capitales.

Ello, sumado a las medidas contraccionistas, se traduce en una menor demanda por importaciones. Y es bien sabido que desde 2006 la UE se constituyó en el primer mercado las exportaciones de China, con un balance a su favor en 2011 del orden de los 155.900 millones de euros, razón por la cual serán las más afectadas con tales medidas.

Por su parte, la economía estadounidense aunque ha tomado un segundo aire gracias a una ligera caída en la tasa de desempleo, la que a su vez sirve de galvanizador del consumo interno, el cual tiene un gran peso en el PIB. No obstante, Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (FED), al justificar el congelamiento de la tasa de interés de intervención en los bajos niveles actuales (0.25%) hasta el 2013, se dolió de que "pese a las recientes señales de mejora, la recuperación ha sido frustrantemente lenta".

La desaceleración del crecimiento de la economía de EEUU y su lenta recuperación también está afectando la dinámica de sus importaciones y nuevamente las exportaciones chinas son de las más afectadas, habida cuenta que el 19% de las importaciones estadounidenses provienen de China.

Así las cosas, como lo sugiere el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, "el mundo podría sumergirse en otra recesión", dado que "la recuperación mundial, que ya era débil, está en peligro de estancamiento". Y lo más grave es que tanto en la UE como en Estados Unidos se olvidaron de Keynes y sus políticas contracíclicas y volvieron a las andadas de la ortodoxia neoliberal. Ahora no se habla de otra cosa distinta del ajuste fiscal a ultranza, poniéndole de esta manera el freno de mano al crecimiento. Olivier es categórico al afirmar que un "ajuste fiscal demasiado rápido puede matar el crecimiento". En esas estamos.