Se ha dicho muchas veces que el suicidio es llevado a cabo por personas mayores con problemas de depresión o por adolescentes agobiados por un presente oscuro y un futuro incierto. Pero que un niño menor de 8 años se suicide debe ser mirado con todas las herramientas posibles con que pueda contar una sociedad organizada. Que los niños de esta edad recurran al suicidio se puede analizar como el fracaso como sociedad, como familia y como Estado.
Felipe, mi amigo, que lleva muchos años en una lucha permanente por los derechos de las comunidades Emberá y Negras que habitan las riberas del Río Bojayá en el departamento del Chocó; me abordó con lágrimas en los ojos a contarme que se vienen presentando una serie de suicidios entre las comunidades Emberá y Negras del municipio de Bojayá y sus alrededores. “La semana pasada un niño de tan solo 7 años se suicidó en la Comunidad Pogue”. Además que hace mes y medio se suicidó una mujer Emberá de la comunidad de Piedra Candela. Y, que en 2022 se presentaron aproximadamente 40 intentos de suicidio entre estas comunidades de las cuales 8 tuvieron éxito. Y lo más triste es que el subregistro supera la realidad.
Ahora bien, el suicidio es un problema social y de salud pública que afecta a diversas comunidades alrededor del mundo. En Colombia, la situación no es diferente, y en particular, las comunidades negras e indígenas en la región de Bojayá, en el departamento del Chocó, enfrentan desafíos específicos relacionados con el suicidio.
De hecho, el departamento del Chocó, ubicado en la costa pacífica de Colombia, es una región rica en biodiversidad y con una gran diversidad cultural, albergando comunidades afrocolombianas y grupos indígenas. Sin embargo, a pesar de su riqueza natural, el Chocó es uno de los departamentos más pobres del país y enfrenta múltiples desafíos, como el conflicto armado, el narcotráfico, la deforestación y la minería ilegal.
El suicidio en las comunidades negras e indígenas en la rivera del Río Bojayá puede estar asociado a diversas causas, que incluyen: msrginalidad, discriminación, exclusión, soledad, la pobreza, el desempleo y la falta de acceso a servicios básicos como la educación y la atención médica que pueden generar desesperanza y desamparo en estas comunidades, lo que aumenta el riesgo que se presente. Así mismo, presencia de grupos armados ilegales y la violencia relacionada con el narcotráfico en la región han causado desplazamientos forzados, pérdida de territorios ancestrales y traumas psicológicos en las comunidades, lo que puede contribuir a la aparición de conductas suicidas.
Entonces, es urgente por parte del Estado central, abordar e impulsar la investigación sobre el suicidio en comunidades negras e indígenas, a fin de profundizar en la comprensión de sus causas y características específicas, y generar estrategias de prevención y atención basadas en evidencia científica y adaptadas a sus contextos culturales.
En síntesis, el suicidio en las comunidades negras e indígenas en la rivera del Río Bojayá representa un desafío complejo que requiere de un enfoque multidimensional y culturalmente sensible. Es necesario abordar sus causas para establecer medidas de prevención y atención que consideren las particularidades de estas comunidades. Solo así se podrá contribuir a la disminución del suicidio en estas poblaciones y mejorar su calidad de vida, garantizando un futuro más justo y equitativo para todos.
Para concluir, todo lo anterior se puede asociar con la no presencia del Estado con políticas públicas en estas riberas y en general de las zonas apartadas de la otra olvidada y desamparada Colombia.