Fiscales y jueces antimafia

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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



El estruendo se escuchó por toda Sicilia; la espantosa explosión provocada por más 500 kilos de explosivos (1000, dicen algunos) activó los sensores del Instituto Nacional de Geofísica que monitorea al volcán Etna, a más de 200 kilómetros de distancia. Hace casi 31 años, la mafia siciliana asesinaba al fiscal antimafia Giovanni Falcone, su esposa y tres escoltas; la explosión dejó un cráter de un metro de profundidad y varios de diámetro, chatarra, escombros y cuerpos despedazados regados alrededor. El primer carro de la caravana recibió el impacto y rodó por más de 200 metros; el automóvil de Falcone, que iba detrás, quedó despedazado. La Cosa Nostra tomaba venganza del valiente fiscal que los enfrentó, hizo capturar a varios capos y logró su condena. Dos meses después, con un carro bomba, asesinaron a su “hermano siamés” antimafia, Paolo Borselino, quien había continuado las acciones de Falcone. Salvatore “Totò” Riina, (U Capu di 'i Capi en dialecto siciliano), “la bestia”, dio la orden de matarlos; el sanguinario capo creyó asustar a las autoridades y a la ciudadanía, pero se equivocó.

Fue absoluto el repudio de casi toda Italia; si antes las gentes temían a los bandoleros y callaban por miedo, ahora los rechazaban abiertamente, al igual que a los políticos que jugaban del lado mafioso. El gobierno italiano escogió a sus mejores hombres para perseguir a Riina; fue capturado un año más tarde y condenado, falleciendo de viejo en una cárcel de Parma. La violencia que desató la ira del capo mafioso se debió a la desarticulación de una red de tráfico de heroína que en los años 70 operaba desde Oriente hasta los Estados Unidos pasando por la elaboración de la droga en Europa y su tráfico hacia Estados Unidos en cooperación con sus socios de Nueva York; se llamó “Pizza Connection”. Aparecen otros protagonistas como el banquero Michele Sindona (envenenado en la cárcel), el Instituto para las Obras de la Religión, la Logia masónica P2, el Banco Ambrosiano y su director “suicidado” en un puente de

Londres. La película “El padrino 3” narra ficciones basadas en hechos reales. Obviamente, la captura del capo no eliminó las actividades de narcotráfico en Italia, a la cuales se sumó la la 'Ndrangheta, hoy la organización delictiva más poderosa que incluso se alió con traficantes colombianos y criminales de otros países, como lo describe Franceso Corgione en su libro “'Ndrangheta”.

En Colombia se vivió la época de terror impuesta por los carteles de la droga por la misma época que Italia y Estados Unidos enfrentaban a esas poderosas y violentas organizaciones. Pablo Escobar lograba enviar cada vez más cocaína hacia el país del norte, según lo cuenta Max Mermelstein en su libro “El hombre que hizo llover coca”. Creyeron estos personajes que el poder del dinero y la violencia de las armas acallarían al gobierno y arrodillarían a la sociedad. Sus métodos intimidatorios fueron rechazados por una gran parte de Colombia, aun cuando conservaron conexiones con políticos y autoridades que les permitían actuar, aunque cada vez con menos comodidad. Los explosivos usados por los carteles segaron muchas vidas, arruinaron negocios y destrozaron familias. Finalmente, muchos capos fueron dados de baja, otros capturados y varios extraditados. Tampoco se desarticuló la actividad criminal de narcotráfico; otros capos asumieron el negocio.

Hoy, Italia pasa por una época similar a la de la captura de Riina; hace muy poco fue arrestado en Sicilia el capo Matteo Messina, considerado el líder de la Cosa Nostra y prófugo desde hace más de 30 años. Nicola Gratteri es ahora el fiscal que se encuentra en la mira de los mafiosos; ha sentado ante los tribunales a más de 330 sospechosos y lleva más de 70 condenados.  A su vez, Gratteri tiene como objetivo a la 'Ndrangheta, que domina el mercado de los estupefacientes en Europa; 80% de ellos los manejan los calabreses. ¿Qué sucederá esta vez? ¿Cómo acabar con el tráfico y sus delitos conexos?