Fortaleza mental

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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



Se dice que hay 3 requisitos para triunfar: tener habilidades específicas, saber reconocerlas y entrenarlas duramente para adquirir las mejores destrezas. Pero esto no basta: hay que prepararse mentalmente para afrontar obstáculos y derrotas y sortear toda suerte de adversidades. La lucha más complicada es con uno mismo; tener metas claras, saber leer el camino trazado, manejar el ego, asumir descalabros, levantarse y enderezar rumbos. Aun así, no todo está ganado.

El campeón mundial de boxeo Fidel Bassa es claro ejemplo: en su primera defensa del título mosca AMB ante el irlandés Dave McAuley en Belfast, el magdalenense fue abatido tres veces. En la última de ellas, décimo tercer asalto, mentalmente intacto y ante una inminente derrota se levantó dispuesto a vencer su reciente pasado de penurias. McAuley era apenas una alegoría. El colombiano se abalanzó sobre el longilíneo irlandés, quien se vio sorprendido por la respuesta de Bassa; el británico recibió tal paliza que cayó noqueado. Fue un triunfo de la mente, indudablemente.

La reciedumbre espiritual tiene distintos componentes como autoestima, autoconfianza, tolerancia a la frustración, serenidad en la adversidad, perseverancia, diversión, manejo de las emociones y de los pensamientos. Además, objetivos factibles, una agenda clara y sed de triunfo. En cada actividad humana, estos elementos son el machete que abre trochas en bosques densos. La espesura son situaciones como la frustración, el enojo y la asunción de responsabilidades cuando el éxito es esquivo. Roger Federer a sus 19 años se sentía aminorado cuando los primeros del ranking ganaban torneos con facilidad; tener voluntad y perseverancia en su formación le pusieron en la cima sólo dos años después. Emil Zatopek, ese formidable atleta checoeslovaco del siglo pasado llamado “la locomotora humana”, no tenía condiciones deportivas extraordinarias; físicamente, era “normalito”. No obstante, logró 5 oros olímpicos y 18 récords mundiales, siendo considerado el mejor fondista de todos los tiempos. Para entrenar, reproducía los trazados de las carreras y las recorría fijando un tiempo determinado para cada prueba; conocía cada centímetro de los recorridos en los que entrenaba duramente; se exigía al máximo. Cuando le preguntaron qué haría si alguien le sobrepasaba en una carrera, respondió diciendo que él corría a su ritmo, y si alguien se colocase delante de él le ganaría sólo si recorriera la pista en menor tiempo. No fue posible derrotarlo durante varios años, cuando la edad le pasó factura.

Ejemplos en Colombia sobran. La figura enjuta de Lucho Herrera no fue obstáculo para ser el primer ciclista no europeo en ganar la Vuelta a España. María Isabel Urrutia, Caterine Ibargüen, Mariana Pajón, Anthony Zambrano y muchos otros deportistas siguieron la senda trazada en los Juegos Olímpicos por los boxeadores Alfonso Pérez y Clemente Rojas, y el tirador Helmuth Bellingrodt. Estos y muchos otros ganadores se caracterizaron por una enorme fuerza mental y disciplina para alistarse.

Los motivadores buscan derribar obstáculos mentales de sus pupilos para que logren el máximo desempeño, alejando además un factor externo destructivo: responsabilizar a otros de sus fracasos. El deporte de alto rendimiento exige largas sesiones de entrenamiento, muchas privaciones (alimentación, diversión y familia) y factores en contra: climas distintos, escenarios extraños, público adverso, otras comidas, hostilidades, etc. Los de mayor fortaleza mental ignoran esos distractores; la concentración es clave. Divertirse compitiendo es importante: cuando alguien disfruta lo que hace tiene mayores probabilidades de obtener mejores resultados.

Para triunfar en la alta competencia es menester disponer de un espíritu fuerte y ganador, con mucho apoyo psicológico. Las habilidades mentales también se entrenan, y la psicología deportiva tiene muchos retos. Sabiéndolo, José Pekerman motivaba positivamente a los futbolistas de la Selección Colombia en situaciones complicadas. Y esto aplica a cualquier disciplina humana. “Ser el mejor” es cuestión de muchísimo esfuerzo en todos los aspectos de cada oficio o profesión. “La diferencia entre lo posible y lo imposible depende de la voluntad de un hombre, decía Tommy Lasorda, el famoso entrenador de béisbol.