De la manumisión a la libertad de los esclavos

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Escrito por:

Amilkar Acosta Medina

Amilkar Acosta Medina

Columna: Opinión

e-mail: amylkaracostamedina@gmail.com



Se celebra el Día Nacional de Afrocolombianidad en virtud de la Ley 725 de 2001, que así lo dispuso y se conmemoran los 170 años de la Ley 21 del 21 de mayo de 1851, mediante la cual se decretó la libertad definitiva, de una vez por todas, de los esclavos en Colombia.
Ocasión propicia esta para volver sobre los antecedentes de este trascendental paso que se dio en nuestro país más de tres décadas después de haberse consolidado la independencia. En 1816 el Libertador Simón Bolívar le ofreció su libertad a aquellos quienes estando sometidos a tan humillante condición abrazaran la causa de la independencia.
El primer paso afirmativo de la abolición de la esclavitud en la Gran Colombia, forjada en el seno del Congreso de Cúcuta, el cual sesionó del 6 de mayo al 14 de octubre de 1821, se dio hace 200 años, en la Villa del Rosario. La solución de compromiso a la que se llegó en el mismo fue la de la gradualidad y progresividad, mediante figuras como la manumisión y la libertad de vientres y la libertad de partos.

En el caso que nos ocupa, como lo sostiene el profesor de Historia de la Universidad del Atlántico Dolcey Romero Jaramillo, quienes se vieron favorecidos por la manumisión tenían que “arrastrar de por vida con la mancha indeleble o el costo social que significó ser descendiente de personas esclavizadas o el de haber sido esclavo”.

Tanto la manumisión como las libertades de vientres y de partos iban aparejadas con la indemnización a sus amos, para que no se tomara esta medida como una expropiación de la sacrosanta propiedad privada.

Con la llegada de José Hilario López a la Presidencia de la Nueva Granada en 1849, en momentos en los que el radicalismo liberal estaba en la cresta de la ola, se abrió paso la abolición definitiva de la esclavitud. En el trámite y aprobación de la Ley de libertad definitiva de los esclavos jugó un papel de la mayor importancia quien llegaría años más tarde a ocupar el solio de Bolívar, Juan José Nieto. Él, quien había sido elegido con el apoyo de la Sociedad democrática de Cartagena, presentó un proyecto que propendía por la abolición total de la esclavitud, obteniendo el respaldo incondicional del presidente López.

Quedaron para la historia estas palabras de este gran prohombre, hijo de Baranoa (Atlántico), cuando en su calidad de gobernador de la Provincia de Cartagena le cupo en suerte anunciar la abolición de la esclavitud en su jurisdicción. Esto dijo: “Mis hermanos, desde hoy se acabaron los esclavos en la Nueva Granada y es por eso que los saludo en este día, el más solemne, el más bello que ha tenido la República… es el día en que ha desaparecido para siempre entre nosotros el odioso título de señor y de esclavo y que ninguno de nuestros hermanos llevará más colgada de su cuello la poderosa y negra cadena de la servidumbre”.