Colombia en la encrucijada

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Escrito por:

Amilkar Acosta Medina

Amilkar Acosta Medina

Columna: Opinión

e-mail: amylkaracostamedina@gmail.com



Es bien sabido el rezago protuberante que tiene el país en materia de infraestructura, agravado ahora por los estragos de la ola invernal.

Para superar el que se ha convertido en el principal lastre para mejorar la competitividad del país, ha anunciado el ministro de Transporte, Germán Cardona, inversiones del orden de los $99.5 billones entre 2011 y 2021.

En este orden de ideas, si nos atenemos a las prescripciones del criterio de sostenibilidad fiscal que ahora se acaba de constitucionalizar, lo primero que tendría que indagarse es si existe el "espacio fiscal" para una inversión de este monto. Así de claro.

Ello pone en tela de juicio la conveniencia de esta entelequia, así como las limitaciones que puede llegar a tener la regla fiscal, que es su complemento, en las actuales circunstancias del país.

Como afirma el decano de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, "estamos hablando de grandes inversiones que se necesitan, el Ministro del Transporte ha dicho que se requieren 100 billones de pesos para reconstruir la infraestructura averiada.

La estrategia de ahorrar automáticamente a través de una regla fiscal va a tener que esperar".

Y no es para menos; es que en las precarias condiciones de la desastrada infraestructura con la que se cuenta, el país no se puede dar el lujo de esterilizar en un fondo de estabilización en el exterior los cuantiosos recursos que se esperan recibir merced al boom del sector minero - energético. Con toda razón advierte el senador Roy Barreras que "no es la hora de ahorrar, sino de invertir en la reconstrucción del país, en infraestructura y en vivienda".

Claro que el ministro Echeverry, que presume ser más ortodoxo que los ortodoxos se mantiene en sus trece y les respondió que "si no ahorramos no habrá quien controle la tasa de cambio", como si esta dependiera sólo del control del gasto.

No obstante, el Ministro de Hacienda, como aquel buen escritor y mejor orador Carlista, Vásquez de Mella, prefiere "estar en el error, pero eso sí, firme"! A este propósito, es dable preguntarse, hasta cuando se seguirá en la estéril "búsqueda del Santo Grial", como denomina William Vickrey esta obsesión de esta carrera inocua en procura de corregir los desequilibrios fiscales a toda costa.