El gobierno de Ucrania negó que tenga una "relación directa" con el ataque contra la capital rusa.
Moscú/Kiev (EFE).- La capital rusa fue sometida al primer ataque masivo de drones que, si bien no causó víctimas, enfrentó a los moscovitas a la realidad de la guerra. Mientras, en Kiev sus habitantes sufrieron la tercera noche consecutiva de bombardeos con aparatos kamikaze, que causaron al menos un muerto.
El Kremlin no dudó en acusar a Ucrania del "ataque terrorista" y destacó la efectividad de defensa antiaérea rusa, que, según el Ministerio de Defensa de Rusia derribó los ocho drones de ala fija que fueron lanzados contra Moscú, cinco por impacto directo y tres mediante lucha radio-electrónica.
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Sin embargo, a primera hora de la mañana el conocido canal de Telegram Baza cifró en unos 25 los drones que participaron en el ataque, que causó, en palabras del alcalde de la capital, Serguéi Sobianin, "daños menores" en varios edificios y dos heridos leves.
"Me preocupan los intentos de provocar una reacción de respuesta de Rusia. Se ve que eso es lo que buscan (los ucranianos): provocarnos a acciones simétricas. Veremos lo que haremos", dijo el presidente ruso, Vladímir Putin, a la televisión pública.
El Ministerio de Exteriores advirtió a Kiev más directamente de que Rusia "se reserva el derecho a tomar las medidas más duras en respuesta" al ataque.
A juicio de Putin, el ataque fue una represalia por los bombardeos rusos contra objetivos militares en Ucrania y aseguró que "hace dos o tres días" Moscú atacó el Estado Mayor de la inteligencia militar ucraniana.
"En respuesta, el régimen de Kiev eligió otra vía, la de intentar intimidar a Rusia, amedrentar a los ciudadanos rusos y atacar edificios de viviendas. Esto es, por supuesto, un claro signo de actividad terrorista", añadió.
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