La Iglesia Católica reportó la muerte de al menos cuatro sacerdotes a causa de covid-19 en agosto pasado, y de un total de 14 desde marzo de 2020.
“Esta pandemia no es voluntad de Dios, esta pandemia es producto del mal uso de la libertad humana”, afirmó Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, en el norte de Nicaragua, durante su misa dominical.
El clérigo afirmó que la pandemia “está azotando a Nicaragua de una forma insospechable, impensable, inimaginable, en el dolor y el sufrimiento de cientos de miles de contagiados que hay en nuestra patria, algunos sobrepoblando los hospitales, y otros tantos padeciendo en el anonimato (…), todos padeciendo también la soledad, el silencio de la cruz, que traspasa el corazón de verse impotentes, incapaces, ante este virus terrible, traicionero y mortal”.
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Álvarez también se refirió a las acusaciones contra los religiosos, al señalar que “la iglesia Católica muchas veces es vilipendiada, señalada, acusada, calumniada (…), ha querido ser llevada a las plazas públicas para morir apedreada, ante un grupo de masas que son enfervorizadas en el fanatismo, gritan como aquella gente de esos tiempos ante Cristo y Barrabás: ¡Suelten a Barrabás!, y a Cristo dicen: ¡Crucifícale, preferimos a Barrabás!”.
La Iglesia Católica reportó la muerte de al menos cuatro sacerdotes a causa de covid-19 en agosto pasado, y de un total de 14 desde marzo de 2020, cuando la pandemia fue detectada en Nicaragua, un país de mayoría católica.