Vargas Llosa, Lucio Gutiérrez, Toledo

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Escrito por:

Tuto Santos Araújo

Tuto Santos Araújo

Columna: La Columna de Tuto

e-mail: tutinoaugusto@yahoo.es



Hay líderes que por su importancia, popularizaron durante años ideas que luego de llegar a la cúspide, con lo cual soñaron, olvidaron pronto lo que decían, practicando las contrarias. Repugna, ya que se venden por un plato de lentejas. Hay tres casos ilustrados:

1. El nobel Vargas Llosa. Fue admirador de la revolución cubana y se decepcionó. Se pasó a la derecha. Su centro de acción es Estados Unidos. En su discurso en Estocolmo, al recibir el premio Nobel, lamentó la mala situación de los indígenas latinoamericanos, pero ataca a uno de ellos elegido por voto popular como presidente, Evo Morales.

El Nobel de Literatura es admirador número uno del ex presidente Uribe, defiende como león su gobierno, olvidando que la versión colombiana de su enemigo Fujimori, es su admirado líder paisa.

2. Lucio Gutiérrez. Principal promotor del derrocamiento del entonces mandatario de los ecuatorianos, Jamil Mahuad. Fue puesto preso y meses más tarde ganó las elecciones en Ecuador. Pero rápido se olvidó de sus ancestros indígenas y se puso de rodillas a los intereses económicos del Fondo Monetario Internacional.

Se recuerda que en su gobierno se hizo el concurso de Miss Universo del archimillonario Donald Trump, en miles de millones de dólares, mientras el pueblo se moría de hambre. Fue derrocado por todas las organizaciones sociales, a quienes conocen como "La Revolución de los Forajidos", por traidor y corrupto. Ahora ataca al doctor Rafael Correa, -un excelente gobernante- relacionándolo malévolamente con las Farc.

3. Alejandro Toledo. También de ascendencia indígena. Fue presidente del Perú entre los años de 2001 a 2006. Reemplazó al dictatorial gobierno de Fujimori. Pero rápido olvidó lo que propuso y al igual que Gutiérrez se puso al lado de los intereses gringos.

Salió con la más alta imagen negativa que haya tenido gobernante alguno. Como caso curioso, en el gobierno de Uribe estuvo en Bogotá, atacó a los gobiernos de izquierda, y dijo, sin sonrojarse al lado del entonces mandatario, que jamás pensó en cambiar la Constitución para hacerse reelegir.

No se sabe qué produjo más indignación si ese comentario, ya que todos sabemos que de haber logrado cambiar el artículo, no habría sido elegido por su mal gobierno o porque estaba al lado de Uribe, que cambió la Constitución para hacerse reelegir, utilizando toda la maquinaria del Estado.

Ñapa 1. La leguleyada del año. Haber posesionado a los miembros del Parlamento Andino, cuando lo que triunfó fue el voto en blanco. Sin pudor están trabajando dizque por Colombia.

Ñapa 2. Navidad y otra vez, ese detestable personajillo intruso, llamado ¡Papá Noel!

Ñapa 3. La columna dejará de aparecer durante algunas semanas. ¡Feliz 2011!