Flechas veloces

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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



Por estos días, el automovilismo conmemora dos hechos históricos: los 50 años del Ford Mustang y los 20 años de la muerte de Ayrton Senna. En la postguerra, Estados Unidos era de lejos el país más próspero del mundo, y en sus vías campeaban sus enormes "lanchas", pletóricas de lujo, confort y potencia, pero los jóvenes buscaban autos más competitivos, distintos a los modificados. Para atender la demanda, los fabricantes colocaron sus formidables motores en carrocerías medianas: los famosos "muscle cars", producidos entre 1964 y 1972. No todos podían pagar esos exuberantes coches, lo que abrió un espacio nuevo: carros deportivos con motores relativamente vigorosos y menor precio, asequibles al gran público. La Europa de la postguerra no podía atender esa demanda: sus carros de consumo eran pequeños y poco potentes. Ford respondió de inmediato con el Mustang, un carro mediano inspirado en los deportivos europeos (potentes pero costosos) que pronto se convirtió en "bestseller" y referencia para los demás productores estadounidenses.
La entrada al Mustang iniciaba con un auto de dos puertas y techo rígido, motor de seis cilindros en línea de 160 pulgadas cúbicas, 127 caballos, caja de tres velocidades y un peso de 1167 kilogramos, muy liviano por esos días, y terminaba en un convertible equipado con un potente V8. Ford esperaba vender 100.000 carros en el primer año, pero la demanda era inesperadamente grande: el primer día hubo 22.000 pedidos y ese año se vendieron 417.000 carros. El fabricante, entusiasmado, quiere ver su "juguete" compitiendo en las pistas, y para lograrlo recurre a Carroll Shelby, excorredor y productor de prototipos. Al año siguiente, 1965, surge el fastback sobre cuya plataforma desarrollan el mítico Shelby Cobra GT 350 (V8, 209 pulgadas cúbicas y 306 caballos) y luego el GT 500, de 355 caballos. La crisis petrolera de los 70 llevó a reducir la cilindrada de los autos estadounidenses, compensada con más equipamiento y lujo, y componentes más livianos. Los avances en seguridad, tecnología y ecología y las exigencias regulatorias provocan cambios encada generación de los Mustang. Actualmente, con la quinta generación solo se producen 10.000 Mustang Shelby cada año, y la cobra desplazó al caballo del emblema primigenio, al menos en estos modelos. La sexta generación, que pronto saldrá al mercado, conserva su estampa característica, tiene un motor V6 de 3.7 litros de 330 caballos y otro V8 de 5.0 litros de 426 caballos, caja electrónica de seis velocidades, en versión de techo duro y convertible, un hermoso modelo retro que los amantes de la velocidad disfrutarán como aquellos jóvenes que adquirieron cuanto Mustang se produjo. Nueve millones de compradores desde 1964 lo confirman.
Siempre aficionado a las carreras de Fórmula Uno y "ferrarista" irredento, he procurado seguir la categoría desde cuando las transmiten por televisión. He gozado por igual la hegemonía roja y los triunfos de los pilotos latinoamericanos en las pistas mundiales; como no, la apoteósica victoria de Montoya en la mítica pista de Mónaco con su Williams BMW y otras tantas cuando los latinos le ponían pimienta a la máxima categoría. La velocidad y la muerte siempre se hermanan en cualquier deporte de motor. Imola fue escenario de un trágico fin de semana entre el 30 de abril y el 1º de mayo de 1994. En las prácticas del sábado, Rubens Barrichelose estrelló contra el muro de contención. Llegó inconsciente al hospital con nariz y brazo fracturados; ese mismo día, el novato austríaco Roland Ratzenberger perdería la vida de inmediato cuando su coche voló por los aires y chocó contra la barrera de contención: iba a 307 km/hora. Al día siguiente, domingo, Ayrton Senna muere en la séptima vuelta al tomar la curva Tamburello (una curva suave y larga que termina en una S invertida): el carro, a 211 km/hora, sigue de largo. El violento impacto no lo detiene y, destrozado en mil pedazos, avanza unos 50 metros más. Aun cuando la respuesta del equipo de salvamento fue inmediata, 1 minuto, el brasileño ya había fallecido; el registro gráfico es dramático. Los baches de la pista y la deficiente seguridad de los autos cobraban víctimas. Diez días después el austríaco Karl Wendlinger casi fallece en Mónaco. La FIA adopta de inmediato drásticas medidas encaminadas a la máxima seguridad posible en las carreras: desde entonces no se registran muertes en las pistas. El sacrificio del brasilero se aprovechó positivamente, y muchos desarrollos de seguridad pasan de los autos de carrera a los de calle. Mucho tiene que agradecer el consumidor.
Senna ha sido considerado el corredor más veloz de la historia de la F1, especialmente en piso mojado. En su exitoso palmarés figuran tres títulos y dos subcampeonatos. Su gran rival fue el francés Alain Prost, incluso como compañero en McLaren. Los homenajes en muchas naciones han sido numerosos y merecidos. El Instituto Ayrton Senna ayuda a niños brasileños con proyectos educacionales, deportivos, medioam-bientales y de salud. El piloto, grande en vida, perdura en la memoria de muchos.



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