Homenaje merecido

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



Cada ciudad importante del mundo tiene sus íconos que la singularizan de las demás, y algunos de ellos son sus símbolos reconocibles en cualquier parte del mundo: París, su Torre Eiffel; Nueva York, su Estatua de la Libertad; Moscú, su Plaza Roja; Rio de Janeiro, su Cristo del Corcovado; Roma, su Coloseo, y así podríamos extendernos. Además de todo, generan turismo que, si bien es cierto, obedece también a otros factores, obliga al paseante a acudir a esos sitios: "si no los vas a conocer, no has estado allá", dicen los más entendidos.

En el caso de Santa Marta, tenemos desde la obligada Quinta de San Pedro Alejandrino hasta la Catedral, pasando por el Camellón y otros sitios de interés cultural o histórico. En cuanto al deporte, la visita a la demacrada Villa Olímpica y su vetusto estadio de fútbol es obligada únicamente por la estatua realizada por el maestro Amilkar Ariza a Carlos "el pibe" Valderrama; es considerada la estatua más grande del mundo realizada a un futbolista.

La propuesta surgida en estos días de hacer un monumento escultórico a Falcao García, insigne ídolo del balompié mundial, es justa y merecida por sus calidades deportivas, pero sobre todo por ser persona ejemplar; más allá de sus logros, la bonhomía le caracteriza y una estatua quedará allí para siempre como referente de lo que debe ser un deportista de élite que ha hecho dirigir las miradas hacia nuestra casi pentacentenaria ciudad. Una magnífica idea sería homenajear con sendas efigies a futbolistas de las legendarias cunas samaria y magdalenense, seres humanos con virtudes y defectos como cualquiera: los campeones olímpicos del 28 y del 36; los campeones del torneo nacional del 68; y muchos otros como Carlos Arango, "pescaíto" Calero, Eduardo Retat, Oscar Bolaño, "ciénaga" Manjarrés o "pipa" De Ávila, solo por citar a grandes celebridades de entre muchas que se destacaron en las canchas colombianas y extranjeras. Como en algunos estadios importantes, las imágenes de sus figurones reviven historias gloriosas que ponen a propios y extraños a sacar pecho. La foto del visitante en tales escenarios es obligada y compartirlas en las redes sociales, aún más.

Otra proposición reciente es la de hacer un modernísimo estadio en el lugar que hoy ocupa el Eduardo Santos. La maqueta digital proyecta la imagen de un "Allianz Arena" a menor escala que sería el inicio de la nueva generación de los escenarios colombianos conlas facilidades propias de un estadio detalla internacional, como estacionamiento de vehículos, adecuadas instalaciones de prensa, comunicaciones, camerinos, sillas individuales numeradas, buena visión desde cualquier punto, iluminación, gramado, drenaje, etc. Pero semejante obra también merece replantear el nombre de pila que le acompañará. El arcaico escenario a demoler debería trocar el nombre del ilustre político al de un futbolista: creo que nunca bautizarían un recinto político con el nombre de un deportista por más famoso o importante que haya sido. Veamos: la casa del Real Madrid es el Santiago Bernabeu, futbolista, técnico y dirigente de los merengues; Giuseppe Meazza nombra al estadio de Milán; la famosa bombonera se llama Alberto J. Armando -dirigente boquense de larga duración- y el de su archirrival, el monumental, se denomina Vespucio Liberti, "el gordo", un histórico del club de Núñez que empezó de utilero y pasó por la presidencia en cuatro ocasiones.

En Barranquilla, el nuevo estadio metropolitano fue bautizado como Roberto Meléndez: "el flaco" realizó gestas excepcionales en su época. El antiguo Romelio Martínez debe su nombre a un importante atleta barranquillero, antiguamente, los estadios eran usados también para la práctica del atletismo.

A su vez, los cartageneros cambiaron el nombre del Pedro de Heredia por el de Jaime Morón León, aquel moreno que con sus goles le dio gloria al balompié de la Ciudad Heroica desde Millonarios hasta la Selección Colombia. Para el nuevo estadio de Santa Marta, tres nombres surgen de inmediato: Alfredo "el maestro" Arango, Carlos "el pibe" Valderrama y Falcao García.

Aun cuando cada quien podría tener su propio candidato con méritos sobrados, hay dos puntos a tener en cuenta: en principio, los escenarios deportivos deberían tener nombres de gente ligada al deporte; por otro lado, y con todo el respeto posible, me pregunto cuáles son los méritos del ilustre expresidente como para que su nombre enmarque la entrada del estadio de fútbol. Las gestas deportivas nacionales merecen el reconocimiento equivalente, el merecido homenaje.

Apostilla: De mantenerse al actual nivel sicológico y deportivo de la Selección de Fútbol de Mayores, con un poco de suerte en la asignación de grupos, Colombia está llamada a ser una revelación en el Mundial de Brasil. La reciente gira europea fue exitosa frente a dos grandes del balompié mundial. Es fundamental seguir trabajando el aspecto mental y mantener las concentraciones como hasta ahora, ajenas a personajes no requeridos en ellas.