Giuseppe Verdi

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



Le Roncole, (hoy, Roncole Verdi) es una pequeñísima villa de aspecto medieval con algo de modernidad, localizada en la provincia de Parma, próxima a otras poblaciones ignotas para el mundo. Allí, rodeada de feraces parcelas, la vida transcurre tranquila aderezada por las exquisiteces de la región: parmigiano reggiano, aceto balsámico, jamones de Parma, vinos elegantes, aceites exquisitos y todo aquello que representa la comarca. Hace dos siglos pertenecía al Ducado de Parma, en ese entonces dominio de la corona francesa.

Esta historia no tendría nada de particular si no fuera porque la bucólica población le dio la bienvenida al mundo Guiseppe Verdi el 10 de octubre de 1813. Éste se inicia en el arte musical de la mano del aficionado Antonio Barezzi y del canónigo Dom Seletti; unos años después, en Busecco-burgo muy cercano-, Ferdinando Provesile enseñó los secretos del pentagrama. El joven, organista de la iglesia del pueblo, fue a Milán como alumno de Vicenzo Lavigna. Inadmitido en el conservatorio de esta ciudad, regresó a Busecco, en donde fue nombrado director de la Società Filarmónica.

Allí se inicia en la composición musical inspirado en los populares autores de la ópera romántica Rossini, Donizetti y Bellini, fructificando más tarde en numerosas y célebres obras tras experimentar en las formas musicales y dramáticas del "bel canto". A sus 26 años de edad estrena con poco suceso su primera ópera, "Oberto, conte de San Bonifacio" (libreto de Temístocle Solera). Un año más tarde le sigue "Un giorno di regno" con argumento de Felice Romani, un enorme fracaso al que se le suma la muerte de su mujer Margherita Barezziy sus dos hijos; estuvo a punto de abandonar la música. En 1842, estimulado por su editor, produce la bella y famosa "Nabucco" presentada en La Scala de Milán, como las anteriores. El momento político cuando se presentó ésta ópera y otras composiciones de Verdi era definitivo para la posterior reunificación de Italia, a la que contribuyó decisivamente junto a Giuseppe Garibaldi, Camilo Benso(conde de Cavour), Giuseppe Mazzini y Giuseppe Verdi.

"Nabucco" exalta el nacionalismo de los italianos; en "Va pensiero", coro de los esclavos judíos de Nabucodonosor, ven reflejada su realidad sociopolítica. Era, para ellos, una alusión a la presencia del invasor Austriaco que ocupaba el norte de Italia. Los ciudadanos aclamaban a Vittorio Emanuelle como rey de Italia: "Viva Verdi" es acrónimo de la frase "Vittorio Emanuele RèD'Italia". En las presentaciones de sus óperas había mítines patrióticos que obligaban a la intervención del Ejército. Los voluntarios italianos cantaban arias de sus óperas cuando iban a luchar contra los invasores, con exaltado patriotismo y ansias de libertad. "Va pensiero" es uno de los cantos más conocidos en Italia, interpretado por artistas tan disímiles como Fito Paez, Zucchero, Albano o Pavarotti. Del mismo corte son sus obras"I lombardialla prima Crociata" y "Ernani". Seguirían éxitos con las óperas ulteriores, destacándose entre sus muchas brillantes creaciones "Macbeth", "Rigoletto", "La Traviatta", "Simón Boccanegra", "Don Carlo", "Aida", "Otello" y "Falstaff". La ópera de Verdi, verdadero matrimonio de las artes escénicas, se elevó a las cumbres: historias, mitos y leyendas inspiraron canciones gloriosas, vestuario, orquestación, actuación y canto. Además de la ópera, Verdi incursionó en música religiosa, de cámara, himnos y otros géneros.

Guiseppina Strepponi, cantante, fue la compañera que sosegó su viudez y le acompañó en adelante, soportando las críticas de los vecinos por "la vida en pecado" que llevaban, pues se casarían dos años después de empezar a convivir. También sufrió persecuciones políticas que lo ponen en la cárcel por un corto tiempo; las partituras del músico escritas durante su detención fueron destruidas, tal como él mismo lo hizo con sus primeras composiciones para la orquesta de Busecco. Se considera a Verdi como el operático más interpretado del planeta, y grandes voces como María Callas, Renata Scotto, Renata Tebaldi, Caruso, Pavarotti, Plácido Domingo y Alfredo Kraus se catapultaron con las piezas del romagnolo. Verdi incursionó exitosamente en la política, logrando asiento como diputado y senador gracias a su imagen como uno de los gestores de la reunificación italiana. Murió en 1901, y fue ovacionado en una enorme manifestación en Milán como un sentido homenaje póstumo.

El erudito Manuel Drezner compara a Wagner con Verdi, ambos nacidos en 1813. Considera al germano como egoísta, racista, desleal y traidor; al italiano, lo trata de hombre del pueblo, como él mismo se calificaba. Dijo alguna vez: "fui, soy y seré un campesino de Roncole", aun cuando se codeaba con la aristocracia con la misma facilidad que con los campagnoli de la Emilia Romagna. "

Mientras que Wagner dedicó los últimos años de su vida a hacerse un monumento a él mismo, Bayreuth y sus festivales, dedicados a la música wagneriana, Verdi dedicó una buena parte de la considerable fortuna que había hecho para crear una casa de retiro para músicos pobres", dice Drezner. No hay duda: Verdi es uno de los dioses del Olimpo musical.