Enorme satisfacción es lo que podemos describir por los triunfos de Nairo Quintana al ser segundo en el Tour de Francia, - quien de paso nos hizo recordar al gran Lucho Herrera- y de Catherine Ibargüen, la medalla de plata en los Olímpicos y recientemente oro en el mundial de atletismo. Para ser justos, no es por aguar la fiesta, pero veo que muchos se montan al bus de ambos triunfos, cuando la realidad es bien distinta.
El ejemplo de Nairo y Catherine, que luchan por salir adelante, es el ejemplo de cientos de miles de jóvenes deportistas en nuestro país, con talento en diferentes áreas deportivas, pero por falta de recursos, de contactos, de ayudas de las entidades encargadas de ellas, o por culpa de avivatos que hacen de managers, no surgen. Me pregunto, ¿cuántos jóvenes que hubieran dado lo mejor de ellos, se quemaron por falta de apoyo? ¿Cuántos jóvenes luchan y luchan pero desisten al ver que se cierran las puertas una tras otra?
Esperemos que con estas satisfacciones deportivas, por fin se estimule la creación de una política pública a favor del deporte y sus deportistas. No podemos seguir con el mismo cuento de que a cada triunfo de alguien, se les regale carro y casa, como una forma de pago por parte del Estado por el apoyo que no brindó.
Mi ñapa. La parcialización de los medios es inaudita. Arizmendi en Caracol Radio siempre ha sido afecto al samperismo. En esas épocas sólo él, uno que otro y el mofletudo de D Artagnan eran aliados del débil gobierno. En reciente entrevista a Serpa sobre el 8.000, los periodistas lo recibieron con risas y después ni le contra preguntaron nada. Para ellos es más grave quién filtró la nota y de paso le ganaron la chiva, y no las duras declaraciones del hijo del capo.