El caso de la enfermera asesina

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Escrito por:

Tuto Santos Araújo

Tuto Santos Araújo

Columna: La Columna de Tuto

e-mail: tutinoaugusto@yahoo.es



El caso de la joven enfermera que plagió en una prestigiosa clínica de la ciudad a una bebé recién nacida, y luego con sevicia la tiró al suelo causándole la muerte, produce impotencia y rabia profunda.

A su vez es un hecho repudiable, triste, que parte el alma por el hecho de ser un angelito que se llamaba Clarisa y por el dolor que embarga a sus padres.

Independientemente de lo que se ha especulado en la ciudad con respecto a la perversa actitud de la enfermera, lo que ella hizo refleja en parte la conciencia postrada que habita en el colombiano. Me explico: somos un país indolente, envidioso, voluble e infinitamente desagradecido. Llevamos la sed de violencia y el instinto asesino por naturaleza que se encuentra reflejado en sesenta años de violencia.

Un país que no se pronuncia cuando asesinan a un dirigente comunal; un país que es displicente con cuatro millones de desplazados; un país que no tiene conciencia sobre la destrucción moral y ética de muchos de nuestros conciudadanos; una nación que se la pasa viendo novelas basuras como la de Marbelle o el Chepe Fortuna, que se entretiene con los vulgares realities, que admira a Jota Mario, Sara Corrales y Carolina Cruz, que cree que Vicky Dávila es ejemplo de periodismo y que no se pierde un capítulo de El Cartel, es porque no sabemos para dónde vamos ni qué somos.

Es por eso la actitud de venganza de miles de paisanos que se aglomeraron en el edificio Galaxia, donde se llevaba la audiencia a la imputada, y que querían hacer justicia por cuenta propia, olvidando que para ello están nuestros jueces que de seguro condenarán como deber ser a la infame joven.

Mi ñapa. Admirable el rescate de los treinta y tres mineros chilenos. Admirable la actitud prudente del presidente Piñera.

Pero lleguemos a nuestra patria. Hace cuatro meses murieron cincuenta y tres mineros en el municipio antioqueño de Amagá, ¿qué hizo el entonces presidente Uribe? Viajó a la zona y listo mojó prensa. Desde luego que los explotados mineros no tuvieron la suerte de los chilenos, pero según la W radio, esa empresa llamada San Fernando, inexplicablemente todavía funciona.

En ese entonces Uribe, jamás presentó un proyecto de ley para por lo menos subirle los impuestos a la minería, como si lo hizo el mandatario chileno, quien además cerró varias empresas de ese tipo. Es ahí la diferencia.