Inmensamente odiado e inmensamente amado. O se idolatraba o se detestaba. Así sin bagajes se miraba al recién fallecido comandante y presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, un llanero, hijo de unos humildes maestros quien en su infancia observó que un país rico como el suyo, gracias al petróleo, las distribuciones no eran equitativas. Había una élite privilegiada y unos pobres en extremo.
Fue el líder indiscutible del continente de los últimos veinte años. Un carisma arrollador, una humildad a prueba y un discurso populista que encajaba en norte y sur. Recuerdo que en Santa Marta se bajó por el sector del barrio La Lucha y saludó a seguidores que lo vitoreaban. Su gobierno fue por y para los más humildes. Y fue reconocido en todos los continentes. Obviamente tenía sus defectos, su culto al caudillismo, su irreverencia, sus peleas con diferentes mandatarios de la región, su intromisión en asuntos de otras naciones.
Pero la animadversión de los grandes capitales de Latinoamérica, de la gran prensa y de las oligarquías le generó un odio abismal. Aquí nada más en Colombia, las secciones de los noticiarios duros con él. Mucha descontextualización en los informes. Vicky Dávila, expresó en vivo y en directo que no había muerto malo, ¡por favor!
Punto aparte merece el que cientos de miles de colombianos fueron al hermano país a hacerse ver, para chequeos médicos, operaciones de la vista, el oído, enfermedades como cáncer, desde Fundación, Bucaramanga, El Difícil, Ciénaga, Soledad, Socorro, Arauca, Turbaco, Saravena y poblaciones desde todos los puntos cardinales, ¡totalmente gratis! Y sin ese traumatismo y papeles y el cuánto vale que exigen acá, gracias a la Ley 100 de los expresidentes Uribe y Gaviria. Aparte cuántos samarios y costeños se van a educar al Estado Zulia, a realizar doctorados y maestrías, al alcance de la clase media. Y dignificó a millones de colombianos dándoles cédula, quienes vivían como parias.
Murió Chávez y con él una era que creyó que un país mejor sería posible. Paz en su tumba.