¿Santos o Uribe?

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Escrito por:

Tuto Santos Araújo

Tuto Santos Araújo

Columna: La Columna de Tuto

e-mail: tutinoaugusto@yahoo.es



El pasado jueves 31 de enero, al arribar a mi Santa Marta del alma, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, arremetió contra el actual gobierno, pero específicamente, la política de paz y la política exterior iniciada por el presidente Juan Manuel Santos. Acompañado de sus principales escuderos, asimismo líderes gremiales, políticos, y comunitarios samarios y magdalenenses, que creen en su proyecto, lanzó en la Universidad Sergio Arboleda, la plataforma de su movimiento "Puro Centro Democrático", la cual promete desde ya una campaña agresiva.

Hoy, lo que presenciamos los colombianos es un realineamiento político de una sola ideología: La derecha. Me explico: una derecha de extrema, representada por el uribismo puro, con aliados en sectores agrícolas, los medios, las zonas rurales y poderosas industriales. El otro representada en JMS, de centro, con una diversidad de grupos que lo acompañan y que creen que es la hora definitiva de firmar la paz que tanto necesitamos. En la mente de millones de colombianos, está la disyuntiva, ¿Santos o Uribe?

El presidente Santos lo ha hecho bien. Ejemplos: La ley de restitución de tierras, la cual ayudará a resarcir a las víctimas del conflicto armado; su preocupación por el medio ambiente es enorme, de ahí su decisión de cancelar el mal llamado proyecto ciruelos en nuestra hermosa "Bahía Concha"; en lo social también se ha destacado.

Por otra parte, no me sorprende que Uribe tenga tanta acogida. Los medios de comunicación ayudaron a forjar la imagen de un líder que estaba en todos lados y que enfrentaba a los grupos al margen de la ley con hombría. Con su carita de yo no fui, saludando a todo el mundo, se ganó la imagen de una persona cercana a los más pobres.

Pero, haciendo un análisis más bien objetivo, ¿qué dejó? En sus 8 años acentuó la guerra; ayudó a los ricos, disminuyéndole los impuestos; ultrajó a los trabajadores más pobres al bajarles sus horas extras; aprobó las cooperativas asociadas que contratan a las personas como esclavas y entregó la explotación de minerales a las voraces multinacionales pagando un mínimo de impuestos a la nación, acabando con nuestro ecosistema y dándoles las mejores prerrogativas, lo que cínicamente se llama dizque "Confianza Inversionista".

Ya decidirá el pueblo a quién prefiere si a Uribe para que continúe la guerra, o al gobierno de Santos, prudente, honesto y de gran sensibilidad social.