Si alguna vez usted conoce a un sanandresano o isleño, pregúntele qué siente no ahora sino siempre, con respecto al Estado colombiano y obtendrá la misma respuesta: Abandono total. Un abandono que ha perdurado por años, con la displicencia de la clase capitalina que solamente conoce la isla en vacaciones. ¿Cuántas veces nuestros compatriotas no se han quejado con los gobernantes del turno? Pero los oídos son bien sordos.
Más bien busquemos culpables por errores cometidos durante los doce años que duró el proceso. ¿Qué responden los expresidentes Uribe y Pastrana? Hasta ahora no se han expresado sobre el fallo. ¿Por qué el señor Londoño Paredes jamás sociabilizó el tema con los isleños? ¿Por qué jamás les contó a los isleños cómo iba el proceso en La Haya? No extraña esa actitud de éste exembajador, refleja como miran y miraban, desde el frío andes, a los habitantes de San Andrés.
Lo realmente cierto es que la decisióntomada por la Corte Internacional de Justicia (CJI), debe ser acatada, así no la compartamos.
Mi ñapa 1: Ernesto McCausland. Fue un gran periodista, un excelente contador de historias. Alguna vez lo saludé hace años en un aeropuerto, después intercambiamos temas por mail. Gran cronista, que como editor de El Heraldo, logró recuperar historias cotidianas de gente del común. Recuerdo que en épocas del 8.000 les reclamó a la clase empresarial costeña no haber pedido la renuncia a Samper, como sí lo hicieron los otros empresarios en sus respectivas regiones. Sus historias siempre perduraran.
Mi ñapa 2. Cada vez que puede Israel ataca con armas de todo alcance a un estado que como el palestino, es sumamente pobre. Nadie le exige al estado sionista reparar todo el daño causado a ese pueblo, ni que responda por la cantidad de muertos que ha ejecutado sobre todo los niños, ni que sometan en especies de guetos a sus habitantes. Ignominia en todas sus formas.