Todas las civilizaciones en el mundo han tenido sus dioses, cuyos habitantes temían, adoraban, idolatraban. Incluso se ha llegado a decir que los hombres no han logrado ejecutar más actos de barbarie, por el temor que inspira alguien que tiene un poder omnipresente y que con su ojo inquisidor puede acabar con todo un pueblo. Desde las hititas, pasando por los persas, y los sumerios se ha tenido no uno sino varios dioses.
Nada más a manera de ejemplo la civilización Griega cuna de la filosofía política, de los grandes pensadores como Sócrates y Aristóteles y de la Democracia. Zeus, es el dios de los hombres, quien dirigía el Olimpo; Poseidón, dios de los mares; Atenea, diosa de la sabiduría; Afrodita, diosa de la belleza; Hades, dios de los muertos; Ares, dios de la guerra. Y así sucesivamente varios dioses que representaban diferentes adaptaciones. Como vemos eran abundantes los dioses que seguían los griegos.
Más tarde el Imperio Romano, que duró cerca de seis siglos, adoptaron muchas costumbres de los dorios y los jonios, entre ellos, el fervor a los dioses, de ahí que Zeus pasó a ser para los romanos Júpiter; Afrodita pasó a ser Venus; Minerva es la Juno Romana; Plutón es Hades y Neptuno es Poseidón.
En el siglo actual vislumbramos dos dioses, el de Occidente que es Dios, Jehová, Yahvé, y el de Oriente que es Alá. Y como nos podemos dar cuenta, a diferencia de otros tiempos, hay solo un Dios es decir Monoteísmo, que no varias de otrora que era el Henoteísmo. El Dios nuestro, es el padre de Jesucristo que según la historia murió por nosotros. Y es la Biblia nuestro referente. El Dios de Oriente es el de los musulmanes, cuyo referente es el Corán.
Pero mi pregunta es, ¿existe Dios?. Y si existe por qué permite tanta guerra, tanta hambruna, tantas miserias, tantos desastres naturales, tantos terremotos, tantas injusticias. O más bien le creemos a Darwin con su teoría de la evolución.