Integralidad: Clave del éxito

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Escrito por:

Miguel Lacouture Arevalo

Miguel Lacouture Arevalo

Columna: Opinión

e-mail: clearyclear@gmail.com

Twitter: @lacoutu


En esta semana que cerramos asistimos a lo que este gobierno ha llamado la Reforma Agraria, soportada en el punto 1º del acuerdo con las Farc. Consiste en el acceso a la tierra productiva, por parte de Campesinos, además de ello; es de la mayor importancia que sea carácter “Integral”, dotación  infraestructura necesaria para que la tierra además de servir para generar los recursos suficientes en el sostén económico digno de la familia, sea fuente de riquezas e instrumento para lograr el pretendido fin de hacer de Colombia, una potencia alimentaria.

Hemos manifestado: la tierra no es más que uno de los insumos necesarios, pero esencial,  para la empresa agropecuaria. No el más costoso, el gobierno aspira a cumplir con la adquisición por diferentes medios de 3 Millones de hectáreas,  para ser distribuidas entre el campesinado. Sea menester nuevamente, la sola tierra entregada ha sido la génesis del fracaso de diferentes intentonas de Reforma Agraria, las veces que se ha iniciado sin tener en cuenta la “integralidad”, de elementos necesarios básicos para lograr la estabilidad productiva de la tierra por sí misma,  no basta con el hacha y machete junto con el almanaque Bristol y camándula en el nochero. Hoy y siempre ha sido necesario la implementación  de diferentes elementos, que  aunados al esfuerzo del empresario del campo, lograrán el propósito de regresar la diáspora rural/urbana  que hacen parte de los cordones de miseria y hambre en todos los centros urbanos.

La implementación de la mera repartición de tierras, sea a través de la titulación o arriendo, se necesitan de 30 y 60 Billones de pesos. Les invito a hacer el cálculo básico de cuánto podría costar la adecuación de riegos y drenajes para por lo menos 1 M de hectáreas, por ejemplo; para culminar la Represa Multipropósito “El Cercado” o rancherías,  hay que invertir +/- 1 Billón para hacer la conexiones intraprediales en +/- 18.000 hectáreas,  la inversión sería de  55.5 millones de pesos hectárea adecuada, si queremos agricultura competitiva es necesario  asegurar el recurso hídrico. La agricultura de hoy, no se hace con plegarias a San Isidro Labrador, no, Agricultura se escribe con A de Agua, sin esta garantía el fracaso está  siempre ahí.

La recuperación, construcción y mejoramiento de las vías terciarias que permitan la colocación en los mercados de consumo de la producción de materias primas para su comercialización y/o transformación. “Si es en losas de concreto (pavimento rígido), el kilómetro-carril puede costar más de 1.353 millones de pesos, y si es en asfalto (pavimento flexible), no menos de 1.297 millones de pesos”, por carril de 3.5 metros de ancho, “en el país hacen falta por intervenir 122.364 kilómetros de estas vías”.

El gobierno anterior desarrolló la estrategia de Agricultura por Contrato, para acortar la cadena agroindustrial mediante eliminación de la intermediación uniendo extremos,  productor y comercializador o gran consumidor, logrando el propósito de hacer parte a más de trescientos mil empresarios del campo. Hoy parece haber quedado en el ostracismo y guardada en el cuarto del olvido del Minagricultura, no pierda de vista que este a su vez, cumple con la función de inclusión financiera, al servir como garantía suficiente para la financiación del emprendimiento agropecuario, del cual se produciría para la venta a futuro; ajuste, trasladar los costos de intermediación al menor precio para el consumidor. Igual suerte parece ha corrido la instrumentación de la Ley 2183 de 2022: “Por medio del cual se constituye el Sistema Nacional de Insumos Agropecuarios, se establece la política nacional de insumos agropecuarios, se crea el fondo de acceso a los insumos agropecuarios…”, instrumentación que hace posible la transición a una agricultura orgánica sostenible, figuras trascendentales que hacen parte de lo que se entiende como Reforma Rural Integral (R.R.I)

Acceso al crédito con tasas preferenciales y/o subsidiadas, educación rural con enfoque agropecuario, entre otras cosas, hacen parte de la infraestructura anotada.

 Lo más importante, filtrar a quienes se le haría entrega de la tierra, tengan realmente vocación empresarial agropecuaria, el interés y la capacidad de adaptarse a los cambios tecnológicos que se requieren y entienda que la R.R.I, no debe girar solo en la economía de mera subsistencia, como en la posibilidad de generar riquezas, para ir más allá de la vida digna como obligación del Estado en su función social a los connacionales. Para lograr los propósitos anteriores, se hace necesario estructurar una estrategia que sea atractiva y brinde seguridad jurídica, económica, personal y, estabilidad a la inversión rural extranjera, nacional, pública o privada ante la evidente falta e inexistencia física de recursos para echar a andar una verdadera R. R.I.