Ciudadanía y política

Columnas de Opinión
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La política es, entre muchos conceptos, el conjunto de actividades asociadas con la toma de decisiones en grupo, u otras formas de relaciones de poder entre individuos, como la distribución de recursos o el estatus. Es la base para la construcción de la vida en sociedad, la herramienta para la gobernanza e instrumento para la organización entre las personas; de ahí que se requieran líderes reales -no jefes de ocasión o coyuntura-, capaces de representar los intereses colectivos. Personas integras dispuestas a defender a la ciudadanía y luchar -como debería ser-, por sus necesidades comunes, especialmente al menos, las que le son mayormente apremiantes.

Digo lo expuesto, por cuanto es de pública observancia, local, departamental, regional, nacional e incluso universalmente hablando, que la forma de hacer política es hoy la simple administración del poder al servicio de egos e intereses políticos y personales, a espacios demasiadamente reducidos en el que sólo tienen cabida uno que otro privilegiado, en cuyas manos está la toma de decisiones y el futuro de las personas, lo que es a todas luces absurdo y deplorable por demás.

Partidos políticos y quienes los representan, tienen en la actualidad el grande desafío de recuperar la empatía, trabajar más por que se tenga una participación ciudadana activa, devolverle a la política su esencia de servir a las personas y dignificar la figura del político y del servidor público, a través de acercarle más pueblo a la democracia y que el político se acerque más a la gente. No más políticos caminando por los barrios solo en épocas de elecciones, prometiendo esto y aquello que se sabe a ciencia cierta que no van a cumplir, abonando a su carrera fracaso, rechazo y resentimiento.

Están llenos nuestros municipios de necesidades. Muchas de ellas “eternas” y sin embargo, permanece en las gentes el optimismo, lo que manifiesta que tenemos la energía, el empuje, el entusiasmo para salir adelante, no obstante que la mayoría vive en condiciones inadecuadas, lo que amerita que se contribuya a la construcción y organización de una sociedad más unida, fuerte y empática, capaz de consolidar escenarios colectivos con el empuje necesario para dar respuesta a las necesidades comunes más sentidas.

En la actualidad un gran desafío es que aparezcan buenos líderes, capaces de representar conglomerados ciudadanos activos, decididos y empoderados, dispuestos a integrarse de lleno a una sociedad verdaderamente interesada y participativa en los asuntos públicos, en el desarrollo de propuestas para el mejoramiento de sus comunidades; que entienda que los problemas grandes están compuestos de pequeños problemas y que en la medida que se soluciones estos, el gran problema desaparecerá.

En la política no existe una sola dirección, quienes están dirigiendo saben y todos quieren subirse a dirigir, deben darse cuenta que hay que ponerse de acuerdo y jalonar en un mismo sentido hacia la solución de necesidades demandadas por la ciudadanía.

Caminar se debe hacia la recuperación, hacer un trabajo político día a día, hacerla funcional para todos, recuperarla en contexto de transformación social y con miras a la construcción de un superior porvenir. Más ciudadanos en la política ampliará las posibilidades camino a una verdadera representación de las personas y a la construcción del territorio que necesitamos en compendio buen gobierno, buena dirigencia, bienestar y general prosperidad.