Las grandes paradojas de la vida

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Oscar Bravo Rojas

Oscar Bravo Rojas

Columna Sociológica

e-mail: osbraro@gmail.com


Leyendo unas lecturas devocionales del escritor Bruno Raso, encontré este aparte de las grandes paradojas que vivimos hoy y deseo compartir con ustedes, estas han sido expuestas por el filósofo, escritor y comediante George Carlin, quien manifestó:

“Tenemos edificios más altos y temperamentos más reducidos; carreteras más anchas y puntos de vista más estrechos. Gastamos más, pero tenemos menos; compramos más, pero disfrutamos menos.

“Tenemos casas más grandes y familias reducidas. Mayores comodidades y menos tiempo. Tenemos más grados académicos, pero menos sentido común; mayor conocimiento, pero menor capacidad de juicio; más expertos, pero más problemas, mejor medicina, pero menor bienestar.

“Nos enojamos demasiado y oramos muy rara vez.

“Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero reducido nuestros valores. Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años. Hemos logrado ir y volver del espacio, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino.

“Conquistamos el espacio exterior, pero no el interior.

“Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma.

Conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos más, pero aprendemos menos. Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar. Producimos computadoras que pueden procesar mayor información y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos.

“Estos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta; de hombres de gran talla y cortos de carácter; de viviendas más lujosas, pero hogares rotos. Son tiempos de viajes rápidos, pañales desechables, moral descartable y píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar”.

Qué paradójico que nos esforcemos por el parecer, y no por el ser. Ya lo anotaba Eduardo Galeano cuando decía: “Estamos en plena cultura del envase. El contrato de matrimonio importa más que el amor, el funeral más que el muerto, la ropa más que el cuerpo y la misa más que Dios”.

Es tiempo que volvamos a Dios y al amor hacia nuestro semejante, pues solo haciendo eso dejaremos de parecer y estoy seguro que seremos mejores seres humanos y por ende alcanzaremos el objetivo por el cual estamos en este mundo: la felicidad nuestra y la de los demás.