Un nuevo comienzo

Columnas de Opinión
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A pesar que al final del camino existe una luz de esperanza con la vacuna para contrarrestar el mortal virus Covid19; no hay ciencia cierta que una nueva cepa llega para seguir creando pánico entre los miles de habitantes del mundo.
Hace 12 (doce) meses surgía la amenaza mundial que desde ese momento ha cobrado muchísimas vidas y provocado enormes perturbaciones en las familias, sociedades y economías de todo el mundo. Pero también ha desencadenado la respuesta más rápida y de mayor alcance a una emergencia sanitaria mundial en la historia de la humanidad.

Las señas de identidad de esta respuesta han sido una movilización sin parangón de la ciencia, la búsqueda de soluciones y el compromiso con la solidaridad mundial. Actos de generosidad, grandes y pequeños, hospitales equipados con las herramientas que los trabajadores de la salud necesitaban para protegerse y atender a sus pacientes.

Las efusivas muestras de bondad han ayudado a las personas más vulnerables de la sociedad en estos tiempos revueltos. Se han desarrollado y distribuido vacunas, tratamientos y medios diagnósticos, a velocidad récord, gracias a iniciativas de colaboración como el acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19. La clave del acelerador ACT es la equidad, y también COVAX, su rama de vacunas, que ha garantizado el acceso a 2.000 millones de dosis de vacunas candidatas prometedoras.

Las vacunas ofrecen grandes esperanzas para cambiar el rumbo de la pandemia.

Ahora bien, para proteger el mundo, debemos asegurarnos de que todas las personas en riesgo, en todas partes –no solo en los países que pueden pagar las vacunas– están inmunizadas. Para ello, Covax necesita urgentemente algo más de 4.000 millones de dólares de los Estados Unidos para comprar vacunas destinadas a los países de ingresos bajos y medianos bajos.

Este es el desafío al que debemos enfrentarnos en el nuevo año; los acontecimientos del año 2020 nos han enseñado lecciones reveladoras y constituyen un recordatorio que todos debemos llevar a 2021.

En primer lugar y ante todo, el año 2020 ha demostrado que el gobierno nacional ha realizado un esfuerzo en aumentar la inversión en salud pública, desde financiar el acceso a las vacunas contra la Covid para todas las personas, hasta hacer que nuestros sistemas estén mejor preparados para prevenir y responder a la siguiente pandemia, que será inevitable.

Ya que llevará tiempo vacunar a todas las personas contra la COVID, debemos seguir observando las medidas probadas y acreditadas que pueden protegernos a todos y cada uno de nosotros. Ello significa mantener la distancia física, ponerse mascarillas, practicar la higiene de manos y respiratoria, evitar los lugares concurridos cerrados y reunirse con otras personas en espacios exteriores. Estas medidas simples pero eficaces permitirán salvar vidas y reducir el sufrimiento que tantas personas experimentaron en 2020.

En tercer lugar, y sobre todo, debemos comprometernos a colaborar en solidaridad, como comunidad mundial, para promover y proteger la salud tanto en el presente como en el futuro. Hemos constatado que las divisiones políticas y en las comunidades alimentan el virus y fomentan la crisis. Pero la colaboración y las alianzas salvan vidas y salvaguardan a las sociedades.

En el año 2020, una crisis sanitaria de proporciones históricas nos mostró lo estrechamente conectados que estamos. Hemos constatado que los actos de bondad y de atención ayudaron a nuestros vecinos en momentos de grandes dificultades. Pero también fuimos testigos de cómo la mala voluntad y la información errónea causaron daños que podían haberse evitado.

Para reflexionar: La vida son de decisiones…Sigue soñando en grande con constancia y disciplina llegarás a cumplirlas.


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