Un buen modelo de gerencia social

Columnas de Opinión
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Han sufrido a través de los años los modelos de gerencia social modificaciones muchas, sustancialmente respecto a la definición del problema, generación y selección de alternativas y gestión de proyectos; dados en cuanto a las políticas y el desarrollo en relación de verticalidad de arriba hacia abajo, interacción que hoy se asume de manera horizontal, importando en mucho monitoreo y evaluación.

De ahí que los tiempos actuales demanden un gerente social consciente que no es lo mismo un gerente en lo social que en lo productivo, cuando se busca la especificidad de lo social, concuerdan los cientistas sociales, no se pretende sostener que hay principios totalmente diferentes en la gestión que los normales en la gestión general de la administración pública, sino afirmar que hay rasgos y características distintivas en las cuestiones o problemas sociales y en su tratamiento por políticas y programas, que hacen que en su operación el gerente deba tomarlas muy en cuenta, pues adquiere una fuerza especial que determina nuevas formas de gestión, diferentes de las que normalmente se señalan en la administración; de ahí que sean retos del gerente social, quien opera las políticas públicas es el cambio de los modelos tradicionales en la formulación de políticas y programas sociales hacia nuevos modelos flexibles y participativos, que permitan y faciliten emprender acciones con base en la exploración.

De la misma manera, tener una concepción sistémica e integradora, emprender planes y acciones, redefinir modelos de desarrollo para los asociados, pensar procesos urgentes, impactar en el mediano y largo plazo, instrumentar políticas redistributivas en procesos de corto y mediano plazo, ser eficiente en programas sociales masivos de superación de la pobreza, como nuevo estilo en procesos inmediatos y de corto plazo.

Adoptar un nuevo enfoque de gestión e implementación de las políticas sociales, se requiere para obtener resultados, generar valor, sostenibilidad de programas; perseguir el desarrollo de autoconfianza en las poblaciones objetivo, construir ciudadanía, articulación social, apostarle a una nueva concepción del desarrollo humano, generar riqueza y garantizar su redistribución de manera equitativa para todos, promover la integralidad (articulación permanente de los procesos de planeación, ejecución y evaluación), comprender lo local como lugar de relaciones, significaciones, afectos y espacios de participación y democracia, gerenciar procesos a largo plazo, promover alianzas, fortalecer objetivos, visiones y apuestas comunes para crear impactos macro.

Así las cosas, importa el desarrollo de propuestas sociales de conformidad a las necesidades de las poblaciones objetivo y proyectarse al futuro estratégicamente en contexto de innovación, proceso que aporta al posicionamiento de las instituciones y a la sostenibilidad de las propuestas de valor mediante la definición de prioridades, la medición y fortalecimiento de las capacidades organizacionales para el impacto social, la construcción de una visión estratégica compartida, la diversificación o focalización de los programas y servicios que constituyen respuestas y la caracterización de los núcleos de interés y estrategias de relacionamiento, que interesan ser trabajados, fundamentalmente con organizaciones sociales, iniciativas de grupos de bases, fundaciones empresariales y personas.
Para reflexionar: “Es mejor tener una iniciativa a no tenerla”.