¿Grandeza o mediocridad?

Columnas de Opinión
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Esa es la gran pregunta de la existencia, ¿grandeza o mediocridad?… recordando al Hamlet de Shakespeare, ser o no ser, esa es la cuestión.

Sthephen Covey, en su libro el octavo hábito, afirma que solo hay dos caminos a la pregunta de la existencia humana… o se tiene grandeza o se es mediocre… así de sencillo y… de dramático.

En efecto, Covey plantea que el ser humano tiene cuatro dimensiones: cuerpo, mente, corazón y espíritu. Y a partir de ellas señala las alternativas a la encrucijada existencial…cruce de caminos que nos puede conducir a la grandeza o a la mediocridad, según las decisiones que vayamos tomando. El sendero… áspero y arduo a la grandeza lo denomina “fuerza creativa…o proceso de desarrollo secuencial de dentro hacia afuera”, y la autopista a la mediocridad la llama “software cultural…o remedio rápido de fuera hacia adentro”.

La fuerza creativa o manifestación más elevada para el desarrollo y cuidado del “Cuerpo” es la “disciplina” y la programación de la cultura para su descuido y uso es la “extravagancia”; la fuerza creativa para el desarrollo y cuidado de la “Mente” es tener una “misión” y la programación de la cultura para su descuido y justificación es el “victimismo”.

Por su parte, la manifestación más elevada para el desarrollo y cuidado del “Corazón” es la “pasión” y la programación de la cultura para su descuido y uso es el “espejo social”; la fuerza creativa para el desarrollo y cuidado del “Espíritu” es tomar decisiones a “conciencia” y el software cultural para su descuido y justificación es el “ego”.

Ego, espejo social, victimismo, y extravagancia configuran el paradigma de la persona fragmentada mediocridad, y la conciencia, corazón, mente y disciplina determina la grandeza o paradigma de la persona completa.

Y sin duda, nuestra cultura contemporánea facilista, con tendencia excesiva al placer, a la apariencia, al consumismo, a la ostentación, al individualismo y a la arrogancia y soberbia humana arrastra al sujeto por el camino trillado de la mediocridad, cuya expresión inequívoca es la crisis ecosocial que afronta el planeta.

Al Abordar cada una de estas dimensiones se muestra la totalidad del espectro y por ende las posibilidades de reconstrucción personal que están a nuestro alcance.